Esposa de Miguel Uribe sobre menor que disparó contra el senador: “No siento rencor”
María Claudia Tarazona, esposa del senador Miguel Uribe, contó por primera vez cómo vivió las horas más angustiosas tras el atentado ocurrido en Bogotá.
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El pasado sábado 7 de junio, el país fue sacudido por el intento de asesinato del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, quien fue atacado por un menor de edad en el parque El Golfito, ubicado en el barrio Modelia, localidad de Fontibón, Bogotá.
Tras el atentado, la esposa de Uribe, María Claudia Tarazona, se mantuvo al margen de los medios, expresando su apoyo y amor a través de redes sociales. Sin embargo, en una reciente entrevista con el programa Los Informantes, de Caracol Televisión, decidió contar lo que vivió esa noche.
“Fueron los 15 minutos más largos de mi vida”, aseguró al recordar el momento en que los médicos le informaron que Miguel había sobrevivido a la cirugía. Pero la angustia no terminó ahí: “Subí a cuidados intensivos y unos médicos me dijeron ‘Miguel entró en muerte cerebral’. Entonces yo dije ‘¿Qué significa eso?’… ‘¿Miguel se va a morir?’ y me dijeron que sí”.
Sin embargo, recibió una noticia que cambió por completo el rumbo de los acontecimientos: “Me devolví para la clínica y cuando llegué me dice el doctor Hakim ‘es otro paciente, otro cerebro y Miguel se está recuperando’”. La noticia le devolvió la esperanza.
María Claudia confiesa que no ha visto las imágenes del atentado y pide mantenerse alejada de ellas: “Le pido a Dios que me mantenga alejada de eso”.
Sobre el menor de edad que disparó contra Miguel Uribe, expresó una profunda reflexión. “Cuando uno a los 14 años empuña un arma, en lugar de estar pateando un balón, consiguiendo su primera novia, aprendiendo matemática y tiene más habilidades en matar que en jugar fútbol, el problema no está en él”.
“La pregunta es qué tipo de sociedad somos, qué tipo de país hemos construido, que permite que niños de 14 años sean instrumentos de guerra”, afirmó. “Yo no siento rabia ni rencor, siento dolor. Es un niño. No importa qué hizo, ni cómo, ni de dónde vino ese odio. Si a uno no le importa su propia vida, ¿qué le va a importar la de los demás?”, concluyó.