La guerra con drones avanza en Colombia: las revelaciones de The Economist; menciona a Ucrania
Miles de combatientes colombianos se han desplazado a Ucrania como mercenarios, algunos de ellos integrándose a la legión extranjera para recibir entrenamiento especializado en manejo de drones. Según el medio, varios regresan al país con conocimientos avanzados que luego son aprovechados por organizaciones criminales.
La revista británica The Economist publicó un análisis detallado sobre la rápida expansión del uso de drones por parte de grupos armados en Colombia, en un fenómeno que describe como la más reciente transformación de la guerra criminal en América Latina. El medio señala que esta tecnología —hasta hace poco limitada a tareas de vigilancia o contrabando— ha entrado de lleno en la ofensiva armada y ha cambiado la manera en que las organizaciones ilegales ejercen presión territorial y militar.
Según The Economist, la presencia de esta tecnología marca un punto de inflexión: “Drone warfare has come to Colombia”. El artículo explica que, en cuestión de meses, las fuerzas de seguridad han sido blanco de múltiples ataques con drones por parte de al menos media docena de bandas narcotraficantes y grupos insurgentes que continúan activos tras más de seis décadas de conflicto interno.
Primera fase: contrabando y vigilancia
El uso de drones no es completamente nuevo dentro del conflicto colombiano. Conforme al análisis del diario británico, "Las facciones armadas en Colombia llevan casi una década utilizando drones. El Clan del Golfo, por ejemplo, habría empezado a emplearlos para operaciones de contrabando en 2016. Dos años después, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) habría adoptado estos equipos principalmente para vigilancia.
No obstante, The Economist advierte que el punto de quiebre llegó en 2023, cuando las organizaciones criminales empezaron a utilizar drones con capacidad ofensiva. En ese año se registró la primera víctima mortal en Colombia causada por un artefacto explosivo lanzado desde un dron, un niño de diez años que se encontraba en un campo de fútbol.
La expansión de los ataques
El reporte del medio incluye cifras de ACLED, una organización internacional dedicada al análisis de conflictos. De acuerdo con esos datos, “Más de 80 ataques con drones en Colombia por parte de grupos no estatales” se han registrado solo en 2025, una cifra muy superior a los ataques documentados durante 2024. El crecimiento es tan acelerado que, según la publicación, los bombardeos tradicionales realizados por las fuerzas militares ahora son superados ampliamente por los ataques con drones perpetrados por bandas y milicias ilegales.
Drones como herramienta ofensiva
Entre los casos documentados por The Economist, se menciona un ataque ocurrido en julio, cuando una facción disidente de las FARC impactó un bote patrullero de la Armada con un dron FPV, un dispositivo manejado en primera persona que se dirige directamente contra el objetivo. Según la publicación, fue “one of the first uses of an FPV drone in Colombia”.
El artículo también detalla ofensivas del ELN en regiones como Catatumbo y Cauca, donde se han registrado ataques con explosivos lanzados desde el aire. En uno de ellos, un video citado por el medio muestra a soldados dispersándose al detectar la caída de un proyectil.
La influencia de la guerra en Ucrania
Uno de los elementos más relevantes destacados por The Economist es la relación entre este fenómeno y la guerra en Ucrania. El diario señala que “La aparición de videos de ese conflicto marcó un hito”, al mostrar a grupos latinoamericanos lo que podía lograrse con drones modificados.
Un miembro ucraniano de un equipo de drones de la Brigada Azov, con el indicativo Sava, de 21 años, lanza un dron de vigilancia hacia posiciones rusas, en dirección a Toretsk, en la región oriental de Donetsk, el 4 de febrero de 2025, durante la invasión rusa de Ucrania.
AFP
Además, el análisis indica que miles de combatientes colombianos se han desplazado a Ucrania como mercenarios, algunos de ellos integrándose a la legión extranjera para recibir entrenamiento especializado en manejo de drones. Según el medio, varios regresan al país con conocimientos avanzados que luego son aprovechados por organizaciones criminales.
Respuesta del Estado
Ante este panorama, el Gobierno colombiano ha comenzado a implementar medidas para contrarrestar la amenaza. The Economist reporta que el país invirtió 25 millones de dólares en equipos inhibidores de señal y que una empresa estatal desarrolló el primer dron ofensivo de fabricación nacional, llamado Dragom. Asimismo, la Fuerza Aérea creó su propia unidad de drones.
Dron militar de fabricación nacional: DRAGOM
Foto: suministrada
Sin embargo, el diario advierte que estas estrategias tienen limitaciones. En un territorio tan fragmentado como el colombiano, el uso de inhibidores podría afectar las comunicaciones de civiles, lo que dificulta una implementación amplia y efectiva.
El riesgo regional
Por último, The Economist destaca que este fenómeno ya no es exclusivo de Colombia. El medio afirma que “Los drones armados se están extendiendo más allá de Colombia”, con incidentes recientes reportados en Ecuador y Brasil.
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Mientras tanto, los drones armados se están extendiendo más allá de Colombia. En septiembre, un dron atacó una prisión en Guayaquil, la ciudad más grande de Ecuador. El mes pasado, en Brasil, bandas usaron drones para lanzar granadas contra la policía que realizaba una redada en Río de Janeiro. La guerra con drones ha azotado a Colombia y parece que también sacudirá la región.