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Exguerrillera obligada a abortar narra su calvario en las filas de Farc

Mónica Martínez dice que se fue a las filas de las Farc para ayudar a su familia, pero nunca imaginó que fuera tan complejo permanecer a esa organización.

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BLU Radio. Guerrilleros // Foto: El Espectador

Mónica Martínez tenía 17 años de edad cuando guerrilleros de las Farc pasaron por su casa. Sus padres no estaban y la convencieron para que integrara sus filas con la promesa de pasarla bien porque todo lo tendría allí con la posibilidad de colaborarle a su familia, pero la suerte cambió cuando pispó un campamento guerrillero en el departamento de Tolima.

“Vi gente armada (…) me pusieron el uniforme por primera vez, las botas y el arma. Me tocaba prestar guardia y eso fue muy difícil”, explicó.

Dice que cuando llegó, además de ponerse el camuflado, le aplicaron anticonceptivos para evitar un embarazo. Sin embargo, el medicamento no surtió efecto en su organismo porque a los seis meses de estar en la guerrilla descubrió que tenía un mes de gestación.

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Mónica, oriunda del departamento del Tolima, dice que sintió temor porque en el reglamento de las Farc estaba prohibido quedar en embarazo y cuando se dieron cuenta un médico sin su consentimiento le practicó el aborto.

“La orden era sacar el bebé sin consentimiento y cuando me di cuenta ya habían matado el bebé yo me puse muy enferma a raíz de todo eso, quedé muy mal psicológicamente, flaquitica y me dio hemorragia”, dice.

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Cuenta que durante el tiempo que estuvo en esa organización varias compañeras suyas le contaron que también sufrieron la misma suerte cuando quedaron embarazadas.

“A otras compañeras pasaron cosas muy duras que les sacaban los bebés cuando estaban formados, eso es muy duro”, cuenta y se le hace un nudo en la garganta.

Lo paradójico del reglamento sobre no tener bebés en las Farc es que eso no se aplicaba para las mujeres de los comandantes creando un ambiente de desigualdad en las filas de esa organización.

“Por lo menos las mujeres de los comandantes tenían derecho de tener hijos y uno por qué no, entonces uno se pregunta por qué no hay igualdad, porque allá dicen que hay igualdad y así no son las cosas”, reflexiona.

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Frente a esas injusticias, cuenta Mónica, no se podía protestar y que lo mejor era quedarse callada “para evitar conclusiones sobre uno”.

Ante esta situación Mónica decidió escapar cuando se encontraba en una comisión y en medio de un operativo del Ejército Nacional decidió escapar tras varias horas de recorrido.

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“Recorrí tres o cuatro horas, caminando súper rápido y tomé en una línea donde pasaban buses. (…) Allá uno no puede tener plata ni nada eso. Pues a escondidas siempre ahorraba algo y así logré tener para el pasaje”, cuenta con una sonrisa tímida.

Al llegar a su casa, se encontró con su familia que se sorprendió de verla después de un año, dice que le brindaron amor, pero que lo sucedido en la selva es muy difícil de borrar y espera que las Farc reconozcan sus delitos.
 

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