De manera sorpresiva, llegaron varias camionetas de lujo con matrículas venezolanas a la plaza de ese olvidado rincón de la patria, transportando a varios de los negociadores de paz de las Farc: ‘Iván Márquez’, ‘Joaquín Gómez’, quien a propósito estaba en su tierra, ‘Rodrigo Granda’ y ‘Jesús Santrich’ entre otros, para participar en un evento llamado "Encuentro Popular Caribe: La paz como eje de Desarrollo Territorial y Cultural".
La petición para el uso de la plaza del corregimiento de Conejo la hizo una organización que se denomina Movimiento de Artistas y Académicos por la Paz y que en carta enviada al alcalde de Fonseca, nunca le advirtió que participarían integrantes de las Farc en ese evento.
Márquez, Granda, Gómez y los demás llegaron a la plaza del corregimiento escoltados por decenas de guerrilleros impecablemente vestidos con camuflados aparentemente de la Guardia Venezolana y del Ejército Nacional y lo que es más grave: armados hasta los dientes, con fusiles AK-47, Galil y de otros modelos.
Tarima, gente reunida, orquestas, folletos, pancartas, afiches y hasta dos mil almuerzos para todos: una fiesta política patrocinada de manera irregular por varias organizaciones sociales, entre ellas la Juco, el Partido Comunista, la UP, la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina y la Marcha Patriótica, según los folletos repartidos entre los asistentes a este acto político.
Todo lo que se hizo fue irregular porque primero, el compromiso de los negociadores de las Farc es socializar los acuerdos alcanzados en La Habana con la "guerrillerada" como ellos llaman a sus bases, en los campamentos guerrilleros y eso no sucedió esta vez.
Los negociadores de paz de la guerrilla fueron dejados por un helicóptero del CICR en una explanada cerca del sitio del campamento de ese grupo ilegal en La Guajira, pero los jefes de las Farc no se quedaron allí sino que fueron conducidos a la plaza principal de Conejo, en Fonseca.
A pesar de que sabían que no está permitido, Márquez y compañía fueron a hablar con la población civil y lo que es peor: fueron escoltados por una cantidad importante de guerrilleros armados, lo que envía uno de los pocos mensajes inamovibles de las negociaciones de paz: No puede haber ningún escenario de política con armas, y eso fue lo que tristemente sucedió en Fonseca.
El proselitismo armado de las Farc se consuma cuando ellos van a hablar con la población civil, no necesariamente simpatizante de las Farc, para promover una asamblea nacional constituyente, que está descartada por el Gobierno.
Quedan muchas preguntas sin responder de esta cadena de errores: por qué el Ejército es retirado a las 11 de la mañana de un área de 6 km X 6 km? le avisaron al corregidor de Conejo? Sabían las autoridades de La Guajira y de Cesar? Por qué los facilitadores de Cuba y Noruega no se enteraron de que las Farc estaban violando lo acordado en la mesa? Quién les proveyó las camionetas venezolanas a los negociadores de las Farc?
La respuesta del Gobierno a esta, que considera una "bofetada" y que genera pérdida de confianza fue primero un mensaje en Twitter expresando su molestia y luego una declaración de Humberto De La Calle y Sergio Jaramillo que calificaron de inaceptable lo sucedido y reiteraron que las Farc no pueden hacer política con armas.
El procurador y el centro democrático señalaron que esto forma parte del temible proselitismo armado de la guerrilla mientras que Iván Cepeda fue más tranquilo y dijo que esto es normal en el marco de la coyuntura de las negociaciones.
En medio de la crisis que desata este asunto, desde la mesa se ve como positivo que esto suceda en este momento, que el país recuerde que las Farc siguen siendo ilegales y que la misma guerrilla entienda que tiene muchos ojos encima que no permitirán atropellos como los que cometió en el Caguán.