Salario mínimo: los detalles detrás del fracaso en la negociación

Las negociaciones para definir el incremento del salario mínimo para el año 2024 arrancaron el 10 de diciembre y se extendieron hasta la tarde de este viernes, 29 de diciembre, sin llegar a ningún acuerdo entre las partes, por lo cual, la decisión queda en manos del presidente Gustavo Petro quien debe firmar el acuerdo el 30 de diciembre.Inicialmente las centrales obreras pusieron sobre la mesa una petición de incremento del salario mínimo de 18 % y de 18 % también en el subsidio de transporte, pero los empresarios no hicieron ninguna contrapropuesta. Esto llevó a que se hicieran más complejas las negociaciones a lo largo del camino, pero el año pasado esa había sido la estrategia de los empresarios y al final se firmó un acuerdo.Durante la última semana, la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, estuvo trabajando muy fuerte en concretar el acuerdo. A través de reuniones bilaterales, es decir, reuniones entre ella y cada una de las partes por separado, logró acercamientos importantes.Tanto era el optimismo del Gobierno que la ministra alcanzó a redactar el borrador del decreto y Presidencia citó a una rueda de prensa en Catam para hablar de salario mínimo antes de la salida del presidente a celebrar el año nuevo en Cartagena.El problema es que en la puerta del horno se quema el pan. En la tarde de este viernes, la última propuesta de las centrales sobre la mesa fue un incremento del 12 % para el salario mínimo y 15 % para el subsidio de transporte, mientras que los empresarios lograron subirlo hasta 11.5 % de incremento global.Las negociaciones entraron en un punto muerto y nadie cedió más. De nada sirvieron las llamadas ni la llegada de los integrantes de la mesa que estaban en Bogotá a las instalaciones del Ministerio del Trabajo para negociar directamente el asunto.Las centrales obreras expidieron un comunicado en esa misma dirección: "Las Centrales Sindicales y de Pensionados, reconocen los esfuerzos del Ministerio del Trabajo por acercar a las partes, sin embargo, primaron los intereses del empresariado por mantener los privilegios de los que gozan desde hace más de treinta y tres años de gobiernos neoliberales y pro empresariales".Ahora el Gobierno queda en una posición bien complicada y enfrenta un dilema. Si sube el salario mínimo demasiado poco va a enfrentar la molestia de un actor que ha sido un aliado clave a lo largo de su Gobierno, pero si sube el salario mínimo demasiado corre el riesgo de causar estragos en la economía.De hecho, el Banco de la República fue claro en su advertencia de que un incremento excesivo del salario volverá a descontrolar la inflación y hará difícil bajar las tasas de interés.Vea también