Quemar la basura para utilizarla como relleno para el piso fue la única opción que encontraron los habitantes del corregimiento de Tasajera, Magdalena, porque no hay servicio de recolección.
Tasajera, se ubica en el municipio de Pueblo Viejo, a solo 35 minutos de Santa Marta, en una orilla de la Ciénaga Grande. Es una población olvidada por el Estado y sumida en la pobreza extrema.
“Recogemos la basura que abriremos en frente de nuestras casas, la echamos en la parte de atrás de los patios para poder rellenar y no hundirnos, porque esto aquí se hunde cuando llueve, el agua nos da hasta la rodilla y después de la orilla de la carretera, recoger tierra para poder recoger la basura”, explicó Zulys Tatiana, una de la encargadas de sepultar la basura.
Los nativos de este corregimiento prácticamente viven en cambuches, sus casas son de maderos viejos, plásticos y material reciclable.
“Todo eso es así, vuelve y la limpia uno, le echa tierra y al mes está lleno eso otra vez nadie la recoge, uno tiene que recogerla”, reclama uno de los habitantes de la zona.
Las calles son polvorientas y están expuestos a enfermedades. “En el momento la gripe y la fiebre, esas son las virosis que andan por acá”.
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Los habitantes de Tasajera viven de la poca pesca que pueden obtener de la Ciénaga Grande, y algunos se la rebuscan del mototaxismo porque las oportunidades de empleo son escasas.
Los políticos en campaña al igual que en muchos corregimientos del Magdalena visitan la zona solo en época electoral.
“Abandonados totalmente porque vienen por su beneficio, cualquier ayuda y este barrio no recibe nada”.
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