¿Tormenta perfecta? La larga lista de líos que podrían dejarlo sin luz o con el bolsillo roto
Hay alarma en el sector de la energía eléctrica: atentados terroristas, problemas operativos, problemas financieros y para colmo el fenómeno de El Niño.
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La situación del sector eléctrico en Colombia está al límite y no hay margen para imprevistos. Aunque no hay razón para el pánico, sí hay alarma frente a varios problemas que podrían dejar a más de un colombiano sin luz y a la mayoría pagando facturas aún más altas. Los problemas para las empresas también son enormes.
Nadie espera que a todo el país se quede sin luz de un momento a otro, pero la calidad del servicio podría deteriorarse rápidamente y hay riesgo de racionamiento en varias regiones del país por cuenta del agotamiento de las redes de trasmisión.
Según el exministro de Minas Amylkar Acosta, esta es la consecuencia de años de retraso en la entrada de proyectos de transmisión de energía que se quedaron en planes: "Ya nos tienen en racionamiento del servicio de energía en toda la región Caribe. Llevamos ya varios meses con racionamiento. No por falta de energía sino por falta de capacidad de transmisión de esa energía", explicó.
En respuesta a un derecho de petición, el Ministerio de Defensa aseguró a Blu Radio que el país pasó de cero atentados a las torres eléctricas en 2021 a tres en 2023. En total se han visto afectadas ocho torres de energía.
Sin embargo, el registro oficial aún no incluye el atentado ocurrido en Angostura, Antioquia, en el mes de septiembre, ni el daño a las torres eléctricas de Cedenar en Nariño también en el mes pasado.
Según Andeg, las generadoras de energía térmica están listas para respaldar la generación de luz a medida que se sequen los embalses de las hidroeléctricas y hoy ya están produciendo el 35 % del total.
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"En septiembre las lluvias en el país bajaron a la mitad de la media histórica de los últimos 50 años y entre menos lluvia comienza a subir la necesidad de energía térmica hacia adelante. Tenemos lista la logística y la compra de combustible", dijo Alejandro Castañeda, presidente de la Andeg.
El fenómeno de El Niño encarece el costo de la energía, por ejemplo, hoy el precio en la bolsa mayorista está por encima de lo 1.000 pesos por kilovatio y el impacto se sentirá en sus próximas facturas.
Julio César Vera, presidente de la fundación Xua Energy, calculó que de aquí a marzo la factura puede subir un 11 % adicional en promedio en todo el país y da una recomendación clave a los usuarios: hora de ahorrar.
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"Hay muchas distribuidoras que tienen expuesto hasta el 54 % de la tarifa a los precios elevados de la bolsa. Esto implica que esos usuarios serán los que más sufran las consecuencias de los elevados precios de bolsa. Según nuestro análisis serán especialmente usuarios de la costa Caribe y departamentos como Huila y Caquetá”, dijo Esteban Quintana, CEO de la consultora Klik Energy.
La energía cara no solo pone en líos a los usuarios, sino también a las empresas del sector. De hecho varias empresas empezaron a salir en la lista de morosos del mercado mayorista de energía y podrían enfrentar la sanción máxima por no pagar: el corte de energía a sus usuarios.
El Gobierno está proponiendo cambios a esos procesos de sanción a quienes no pagan (a los procesos de limitación de suministros). Algo que hoy preocupa a los vendedores de la energía.
“Si se va a los contratos que están firmados entre privados, pues las cláusulas de terminación se aplican, más una cláusula penal y esto es mucho más nocivo para el comprador. Entonces nos parece muy delicado que el gobierno esté pensando esta medida. Sabemos que hay una dificultad pero se debería mirar otras alternativas y sobre todo sentar a todos los agentes de la cadena a ver cómo se encuentran soluciones”, dijo la presidente de Acolgen, Natalia Gutiérrez.
Aunque el Gobierno le apuesta a las energías renovables la mayoría de proyectos solares y eólicos tienen líos en trámites ambientales o diálogos con las comunidades. El Gobierno prometió una ley para acelerar el trámite de estos proyectos pero ni siquiera lo ha radicado.
Según Acosta, el sistema está al límite porque la demanda de energía está creciendo mucho más rápido que la oferta. En pocos meses un problema, un mantenimiento, un mal día, un estornudo y podríamos tener dolores de cabeza.
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