Un trágico incidente se registró en la mañana del 4 de octubre en las instalaciones de la piscina de la Escuela de Entrenamiento y Reentrenamiento de Tolemaida, en el Fuerte Militar de Tolemaida. Allí, uno de los alumnos perdió la vida durante el desarrollo de una práctica de instrucción acuática.
La víctima fue identificada como Alejandro Antonio Zabaleta Castillo y el hecho ocurrió antes de que iniciara formalmente la actividad, pues la ambulancia aún no había llegado al lugar, requisito previo para arrancar el entrenamiento.
De acuerdo con la información oficial, el joven participaba en un ejercicio relacionado con el “estilo de supervivencia de combate en el agua”, donde debía nadar 50 metros sin mojar un banderín, como parte de una tradición no oficial del Curso Avanzado de Combate. Según versiones, al mojar el banderín, habría sido presionado por uno de sus superiores, auxiliar de seguridad, quien lo hundió para obligarlo a soltarlo.
En medio del forcejeo, el alumno perdió el conocimiento y los signos vitales. Aunque fue trasladado de inmediato al dispensario médico de Tolemaida, llegó sin vida. El instructor principal, perteneciente a la Armada, se encontraba impartiendo la parte teórica cuando ocurrió la emergencia.
Un familiar de la víctima explicó que la presión empezó cuando “por mojar el banderín, ellos cogen a los otros treinta compañeros de ellos y los ponen a hacer incremento físico”. Al negarse a soltarlo, “viene un señor suboficial, lo sumerge, dicen que la orden que recibió fue apagarlo”.
Según agregó, “lo que se entiende con el término apagar es que ellos sumergen a la persona, hacen que se desmaye por la falta de oxígeno y apenas lo sacan, la persona coge aire y vuelve en sí”. Sin embargo, esta vez, el joven no reaccionó, según el relato.
Tras los hechos, de acuerdo con el informe, se informó al comando superior y se iniciaron los actos urgentes para esclarecer responsabilidades. Las autoridades militares abrieron una investigación para determinar si hubo negligencia y por qué se permitió continuar con la práctica pese a que no se habían cumplido los protocolos de seguridad establecidos. La familia de la víctima reclama que se haga justicia para que los responsables del hecho respondan por lo ocurrido.