Tras décadas de guerra, la libertad y felicidad llegan a El Retorno, Guaviare

Efraín Díaz, adulto mayor, aún conserva una mirada triste y se asombra de ver lo que está ocurriendo en El Retorno, Guaviare. Dice que las cosas han cambiado para bien, le agradece Dios porque después de 10 años la comunidad es feliz.“Lo que se miraba por todas partes eran cosas tremendas, a uno le daba miedo salir”, recuerda don Efraín, mientras mira la producción de cacao en la vereda Jordán Alto, zona rural del municipio de El Retorno.En esa tierra productiva, de clima húmedo y paisaje imponente, se libró una guerra por disputa del territorio entre paramilitares y la extinta guerrilla de las Farc, donde en muchas de esas confrontaciones cayó la población civil.Vea aquí: Guaviare cumplió meta de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos: Pardo“No perdí familia en la guerra. Nosotros bregábamos a no salir tanto, ni a dar papaya”, cuenta Efraín.Sin embargo, vivir en la zona siempre fue un riesgo porque, según don Efraín, “lo paraba un grupo o lo hacía el otro, y manteníamos más perseguidos”. Reconoce que su negocio en el pasado fue sembrar coca para no dejar “morir de hambre a su familia”, pero que en medio de esa guerra no era tan rentable hacerlo. “A mí me iba mal porque estábamos oprimidos de la guerrilla y los paramilitares, el uno agarraba para acá y el otro para allá, y eso es muy berraco, hasta ahí quebramos”, cuenta mientras se retira el sombrero. “Ahora me mantengo del plátano y la yuca”:Don Efraín decidió arrancar la coca de sus tierras y mirar otra perspectiva de negocios. En sus dos hectáreas, ahora cultiva plátano y yuca, y quiere sembrar cacao, lo que se está trabajando en la mayoría de las fincas de la región. “Acabamos con eso (hoja de coca) y a trabajar porque, qué más hacíamos. Gracias a Dios vamos más o menos bien. Queremos que el Gobierno nos siga colaborando con más proyecticos. Si toca sembrar el cacao, toca sembrarlo”, se entusiasma y dejar salir una tímida sonrisa. De lo que produzcan sus dos hectáreas dependen su esposa y sus hijas. Reconoce que la vía de acceso a la finca mejoró considerablemente porque ahora pueden sacar sus productos a San José del Guaviare. “Ya todo ha estado muy central, gracias a Dios podemos sacar aunque sea los cultivos que nosotros tenemos, el plátano y la yuca”, explica. Pero no todos es color de rosa para don Efraín; dice que aún es compleja la venta de sus productos: “En El Retorno lo que saca uno, es rarito lo que uno se hace (ganancias) o si no llevar la yuca y el plátano a San José a ver qué se puede hacer”. Sin embargo, dice que “gracias a Dios estamos libres, podemos trabajar y estamos contentos, bendito sea Dios”.