“Asesoramos durante quince días al gobierno federal y comparamos al ‘Chapo’ Guzmán con el perfil de Pablo Escobar, recordando que él nunca salió en Antioquia, pues le dio vivienda y ayudó a mucha gente que lo protegía, por tanto dijimos al Gobierno de México que ‘El Chapo’ no iba a salir de México”. Añade el general que en su momento fue enfático en decir que ‘El Chapo’ “estaba en Sinaloa y allí debían enfocar la operación de seguimiento para poderlo ubicar, al final fue así”. La segunda recomendación que dio fue crear un bloque de búsqueda, como los de Medellín y Cali, “que lo integraron con la Policía Federal, Fuerzas Militares y central de inteligencia de México”. Otro asunto importante fue la recomendación de operaciones encubiertas, “se señaló con énfasis que había que infiltrar agentes del Estado en las redes de los carteles, especialmente el de Sinaloa, para establecer dónde estaba ‘El Chapo’”. “Se dijo también que México nunca podría acorralar solo al narcotráfico, se necesitaba cooperación internacional de Estados Unidos y en Latinoamérica de Colombia, que creo se fortaleció”. Agrega el general Montenegro que un último consejo importante que dio a las autoridades mexicanas que debían aplicar la ley de extinción de dominio y empobrecer el narcotráfico para que de esta manera, al judicializar al capo, no pudiera corromper con su dinero para un posible tercer escape de la cárcel. Concluyó que “la vida útil de un narcotraficante se va disminuyendo”, por lo que “no hay escondite seguro para un delincuente. A los cinco años, a los narcotraficantes se le dan de baja o se van para la cárcel”.