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¿Cómo interpretar la modesta participación en el paro convocado por el presidente Petro?

En el eje del debate político que está a punto de tener importantes desarrollos, están la reforma laboral y la consulta popular, que se convirtieron en los factores que han exacerbado la polarización entre el Gobierno y el Congreso de la República.

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Marcha promovida por el Gobierno nacional
Foto: EFE

La modesta participación en el paro convocado por el presidente Gustavo Petro para presionar la convocatoria de una consulta popular, demuestra que la estrategia de calle y confrontación que pretende usar el Gobierno, tiene un techo y se desgastó rápidamente y que los ciudadanos tienen como prioridad la solución de los problemas del día a día y no están interesados en enfrascarse en disputas políticas o ideológicas.

Luego de la jornada de este miércoles, el gobierno nacional debe evaluar el momento político, así como el magro respaldo que tuvo su convocatoria a una huelga general, aunque lo niegue el presidente Petro, en clave de convertirse en un “campanazo” de alerta de cara a su intención de embarcarse en aventuras autoritarias o de rupturas institucionales.

En el eje del debate político que está a punto de tener importantes desarrollos, están la reforma laboral y la consulta popular, que se convirtieron en los factores que han exacerbado la polarización entre el Gobierno y el Congreso de la República.

Por eso es importante leer entre líneas los mensajes que han enviado en las últimas horas el presidente Gustavo Petro y el ministro del Interior, Armando Benedetti, quienes comienzan a abrir la puerta a la posibilidad de retirar la convocatoria a la consulta popular, si el Senado aprueba la reforma laboral que revivió en medio de la refriega política entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Las próximas semanas serán fundamentales en el “ajedrez político” del país, de cara a las elecciones de 2026: el Senado tendrá en sus manos debatir y votar la reforma laboral y luego definirá dos asuntos igualmente trascendentales: la nueva consulta popular presentada por el Gobierno y la elección de nueva magistrada de la Corte Constitucional.

Por su parte el Gobierno tendrá que decidir si sigue adelante o no, con su peligrosa idea de convocar por decreto la consulta popular, desconociendo la negativa del Senado y sin acudir a las autoridades judiciales que son las responsables de definir si tiene o no razón en las denuncias sobre posibles irregularidades en la votación realizada el pasado 14 de mayo.

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