El macabro negocio de la muerte durante la pandemia: opinión de Ricardo Ospina

A medida que nos acercamos al mayor número de contagiados con COVID-19 en el país, el manejo de los fallecidos con coronavirus comienza a ser un tema que preocupa y que requiere un plan de contingencia.El primer “campanazo” de alerta sonó en Cartagena, en donde hace una semana comenzaron a presentarse demoras en el penoso trámite de recoger y cremar los cuerpos de personas fallecidas como consecuencia del COVID-19.La situación es complicada porque la capital de Bolívar solamente tiene capacidad para cremar cinco cuerpos cada día y en algunas jornadas, esa cifra se ha superado como consecuencia de la pandemia, de hecho, han muerto 161 personas por el nuevo coronavirus.Ahora las dificultades se viven en Barranquilla, ciudad que afronta un aumento considerable de fallecidos diarios por el coronavirus, por ejemplo ayer se reportaron 17 personas muertas.La propia Alcaldía de la capital del Atlántico denunció las irregularidades cometidas en el traslado de cuatro cadáveres de pacientes con COVID-19 a Montería, violando las normas sanitarias emitidas por el gobierno nacional, sin informar a las autoridades locales y sin otros protocolos por parte de la funeraria Capillas de la Fe.Vea aquí: Minuto a minuto: todo lo que debe saber sobre el coronavirus en Colombia Mientras tanto, en Bogotá la Superintendencia de Industria y Comercio formuló cargos a 40 funerarias en todo el país que no le entregaron información sobre protocolos y precios al usuario de sus servicios durante la pandemia, esto luego de varias denuncias sobre demoras en la prestación del servicio, mal manejo de la información a las familias de los fallecidos y hasta cobro de gastos extra injustificados, teniendo como pretexto el COVID-19.No hay derecho a que algunos quieran pescar en río revuelto hasta en tiempos de coronavirus para abusar de quienes han perdido a sus seres queridos como consecuencia de la pandemia.Escuche la opinión y el análisis de Ricardo Ospina en Mañanas BLU: