Lamentablemente los casos de corrupción en la justicia no son nuevos, además del ‘cartel de la toga’ que tocó altos funcionarios de la Fiscalía y de la Corte Suprema, desde hace una semana el país conoció la existencia de una red criminal que tenía uno de sus integrantes en la Jurisdicción Especial de Paz.
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Para poner en blanco y negro la situación del último caso, hace una semana BLU Radio reveló la captura de cinco personas, entre ellas el entonces fiscal de apoyo de la JEP Carlos Julián Bermeo y luego la Fiscalía informó en Twitter que ese operativo se dio “en momento en que recibían 500 mil dólares a cambio de oferta para incidir en trámite extradición de Zeuxis Hernández”.
Ese último es el nombre de pila de ‘Jesús Santrich’, el exjefe de las Farc que cumple 11 meses detenido y cuyo caso ha sido el motivo de un choque institucional entre la Fiscalía y la propia Jurisdicción Especial de Paz, que está a pocas semanas de definir si avala o no su extradición a Estados Unidos por narcotráfico.
Hoy, de acuerdo con las evidencias que ha mostrado la Fiscalía, audios, transcripciones y videos, está probado que el exfiscal Bermeo el tristemente célebre exsenador Luis Alberto “El Tuerto” Gil y su asistente Luis Orlando Villamizar, al parecer sí tenían montado un negocio para recibir plata a cambio de una supuesta incidencia en decisiones de la JEP: engavetar procesos, pedir pruebas adicionales, dilatar trámites, de eso dan cuenta por ejemplo reuniones supuestas de estos personajes con los agentes infiltrados desde el 28 de diciembre.
No está probado, pero es clave que a partir de ahora los entes judiciales encargados investiguen si el magistrado de la JEP José Miller Hormiga y un secretario de la jurisdicción aún por identificar, tuvieron relación con la maquinaria criminal de venta de fallos, al estilo del ‘cartel de la toga’, esto luego de que ayer se conociera que Bermeo hablaba de estas dos personas como sus “fichas” adentro de la Jurisdicción”.
Hormiga salió ayer a mediodía a leer un lacónico comunicado en el que admite que sí conoce a Carlos Julián Bermeo, estudiaron juntos, lo felicitó por su llegada a la JEP y lo visitó una vez en su oficina, pero niega haber formado parte de una empresa criminal.
Queda otra duda en el ambiente: ¿Bermeo y Gil realmente tenían ese poder de incidencia del que se jactaron ante los agentes encubiertos exactamente hace una semana o solo eran unos charlatanes que pretendían timar a quienes los buscaran para este tipo de “vueltas” como dirían en el mundo criminal?
La gran duda que queda es por qué la Fiscalía intentó ligar el caso de Santrich con la red de corrupción de Bermeo.
La Procuraduría en la audiencia dijo que no hay evidencia alguna que vincule a estos personajes, excluye al conductor de Luis Alberto Gil y a la esposa de Bermeo, con algún tipo de incidencia en el caso Santrich.
Pero va más allá, dice que la Fiscalía tiene que dar explicaciones sobre por qué el señuelo es precisamente el caso más espinoso que hoy tiene la JEP y lo dice con todas sus letras: “no hay evidencia ni información que nos permita inferir cómo llegó el caso de Santrich a ser objeto de la discusión en la reunión y de ser objeto de negociación”.
En ese punto, la Fiscalía le debe una explicación al país.
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