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Hay que vivir la fe con pasión, pero nunca agredir la de los otros

Los oratorios son necesarios en los aeropuertos. Entiendo que sean para todas las denominaciones religiosas. Hay que privilegiar lo que nos une y no lo que nos separa.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: cortesía Alberto Linero

En varias ocasiones presidí la eucaristía en el oratorio del Aeropuerto El Dorado,y muchas veces llegué allí a hacer un momento de oración. Creo que a pesar de lo seguro que puede ser un viaje en avión, siempre nos causa inquietud estar sostenidos en el aire y movernos hacia el lugar al que queremos ir. Confío en que un momento espiritual nos ayuda a calmar esas inquietudes, a dar gracias por la vida y a ser conscientes de quiénes somos y qué hacemos, además de generar la confianza necesaria desde la experiencia espiritual para vivir responsable y serenamente.

Por eso creo que son necesarios los oratorios en los aeropuertos. Trato de vivir mi fe intensamente como católico, participando de los sacramentos y las distintas prácticas de piedad, y no me avergüenzo de ello, pero comprendo que otros tengan otras maneras de vivir su fe, y los respeto y valoro. Por eso entiendo que sea un espacio para todas las denominaciones religiosas, en el que se privilegie lo que nos une y no lo que nos separa.

Vivir nuestra fe católica es también saber respetar a las personas que tienen otras creencias. Dios está presente en la comunión que logramos con los demás, aún en medio de nuestras diferencias. Eso lo viví más claramente el 16 de marzo del 2013 en el primer encuentro que tuvo el Papa Francisco con todos los periodistas y reporteros que fuimos a cubrir el conclave que lo eligió.

Él, después de darnos un mensaje en el que nos explicaba la elección de su nombre, al finalizar nos dijo: “Les dije que les daba de corazón la bendición. Como muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia católica, otros no son creyentes, de corazón doy esta bendición en silencio a cada uno de ustedes, respetando la conciencia de cada uno, pero sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios. Que Dios los bendiga” cierro cita.

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Eso somos los católicos, personas que vivimos nuestra fe con pasión, pero que respetamos la de los otros y no queremos agredirlos con nuestros signos.

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