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No se trata de ser aplaudidos, sino de realizarnos personalmente

El ego nos hace creer que tenemos que ganar siempre para ser plenos, y sabemos que él es embustero.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: Instagram @PLinero

Ayer Carlo Ancelotti,uno de los técnicos más ganadores del fútbol, citó al basquetbolista Giannis Antetokounmpo, quien en una entrevista rechazó que la temporada de su equipo Milwaukee Bucks fuera un fracaso al ser eliminados por los Miami Heat. Exactamente dijo: "En el deporte no hay fracasos. Hay días buenos, días malos", afirmó. “Algunos días tienes éxito, otros no. Algunos días te toca a ti y otros no. No siempre ganas. Y este año ganará otro equipo…Cada año trabajas para conseguir un objetivo. Hay pasos hacia el éxito. Michael Jordan jugó 15 años y ganó seis campeonatos. ¿Los otros nueve años fueron un fracaso?", cierro cita.

Ancelotti, remarcando que estaba de acuerdo con el basquetbolista, dijo: “En el deporte, ni en la vida, no se puede hablar de fracaso. Cuando estás con tu conciencia tranquila de hacer lo mejor, nunca será un fracaso. Intentar hacer las cosas significa que puede salir bien o no” cierro cita.

Creo que es oportuno escuchar este tipo de reflexiones en una sociedad exitista que supone que sólo vale quien triunfa y que desprecia al que no alcanza su objetivo, sin analizar el trabajo disciplinado que este ha podido realizar. Por centrarse en el resultado, se olvida el proceso. Por eso se terminan aplaudiendo posturas y acciones éticas destructiva de las personas y la sociedad en general.

Todos queremos ganar, pero para hacerlo hay que formarse, entrenarse y trabajar duro. No alcanzar el objetivo en el primer intento no nos inhabilita para la vida, ni nos hace perdedores eternos.

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Estos discursos tienen que ser más escuchados y ojalá compartidos en los espacios de formación. Los niñas y niñas deben entender que el fracaso en más de una ocasión es una oportunidad de crecimiento, porque revela lecciones que el triunfo puede esconder.

Es más frecuente que no atinemos en la diana, a que lo hagamos. Si nos preparamos para vivir los procesos, dando lo mejor de nosotros, seguro vamos a ser más felices. No se trata de ser aplaudidos, sino de realizarnos personalmente. El ego nos hace creer que tenemos que ganar siempre para ser plenos, y sabemos que él es embustero.

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Escuche aquí la opinión de Alberto Linero:

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