Roberto Prieto navega contra la corriente: opinión de Ricardo Ospina

No la tiene fácil el exgerente de la campaña presidencial de Juan Manuel Santos en 2014, Roberto Prieto, para salvarse de la cárcel por haber gestionado presuntamente dineros de Odebrecht. 

A pesar de que la decisión de la justicia fue aplazada hasta el próximo 15 de mayo, la Fiscalía ya le imputó cinco delitos y reveló audios que involucrarían a Prieto, antiguo zar de las comunicaciones corporativas y de los grandes eventos, con un intento para manipular las versiones de los exdirectivos de Odebrecht para que no lo mencionaran. 

Los investigadores revelaron audios en los que Prieto habla con Eduardo Zambrano, otro sindicado de estos delitos, sobre la forma de acceder a Luiz Bueno, Eleuberto Martorelli, Luiz Mameri y Luiz Da Rocha. 

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También hay una conversación de Prieto con Liliana Baena, de la campaña Santos Presidente 2014, en la que le habría pedido esconder información sensible. 

Pero más allá de todo esto, la Fiscalía basa su petición de cárcel para Prieto en testimonios clave como los de Otto Bula, Rodrigo Jaramillo, María Fernanda Valencia, Otto Rodríguez y Juan Sebastián Correa, entre otros. 

Prieto no aceptó cargos e insistió en su inocencia, a pesar de que la Fiscalía reveló que se aprovechaba de su influencia para pedir dinero para la campaña de Juan Manuel Santos, pero que no iba para esas arcas sino que se quedaba en sus bolsillos. 

Prieto navega contra la corriente y la pregunta de fondo es, ¿hablará contra alguien más?, ¿se convertirá en delator?, ¿Prieto actuó de manera autónoma?

A eso se suma la petición de la Procuraduría para que el paquidérmico Consejo Nacional Electoral defina de fondo las investigaciones a la campaña Santos presidente 2014 por posible violación de topes.