Transporte de carga en Antioquia pierde hasta $600.000 millones cada mes por las lluvias

El transporte de carga en Antioquia atraviesa una de sus peores crisis debido a las intensas lluvias y la creciente inseguridad en las vías del departamento. Así lo advirtió Anderson Quiceno Sierra, director ejecutivo de la Asociación de Transportes de Carga (ATC), quien aseguró que la situación ha obligado a restringir los desplazamientos únicamente al día, por las condiciones climáticas y el riesgo de orden público en horas nocturnas.Las pérdidas económicas que afronta el gremio, según cálculos de la ATC, se deban tanto a problemas de orden público como a los sobrecostos generados por desvíos, mayor consumo de combustible y retrasos que representan entre 600 y 700.000 millones de pesos mensuales, lo que se traduce en cerca de 7 billones de pesos anuales."Hay corredores que prácticamente están cerrados. Limita mucho la actividad del transporte de carga en el día y a eso súmele que en la noche no se puede transitar por las vías del departamento. Uno, por las condiciones climáticas y segundo, por los temas de seguridad y orden público que sufre el departamento", explicó.Casos críticos como el del corredor Medellín-La Pintada, en el sector conocido como La Quiebra, representan un riesgo latente de colapso vial. De llegar a ceder este tramo, los transportadores se verían forzados a tomar rutas alternas incompletas o altamente deterioradas, como la vía por Amagá o la conexión por San Jerónimo y Bolombolo hacia el Pacífico. "Básicamente, lo que ha venido haciendo el invierno es midiendo el talante de respuesta que tienen Invías y la Agencia Nacional de Infraestructura a fin de poder garantizar las condiciones de movilidad. El Gobierno nacional quiere prácticamente retomar en lo público toda la administración de las vías nacionales, que sí vemos esa noticia como muy desafortunada", agregó Quiceno.Además de los problemas climáticos y estructurales, el gremio denuncia una grave situación de inseguridad por cuenta de grupos armados ilegales, pero también por bandas de polizones y caminantes que se han convertido en estructuras criminales.