
Miles de bogotanos aprovecharon el puente festivo de Corpus Christi para salir de la ciudad y tomar un respiro en destinos cercanos como Melgar, Girardot y Fusagasugá.
Sin embargo, como ya es costumbre, el regreso a la capital se convirtió en una larga jornada marcada por trancones, flujo lento y tiempos de viaje que pusieron a prueba la paciencia de los viajeros.
Regreso congestionado: Soacha, el cuello de botella
Desde las primeras horas del lunes 23 de junio, el corredor Bogotá–Girardot comenzó a presentar alto flujo vehicular, especialmente en sentido hacia la capital.
Aunque la concesionaria Vía Sumapaz ha venido haciendo adecuaciones en la vía, las demoras no se hicieron esperar.
Uno de los puntos más críticos ha sido Soacha, donde las obras del TransMilenio siguen generando cuellos de botella. El tráfico en esa zona avanzó con lentitud, lo que alargó los tiempos de recorrido.
Según los reportes oficiales, el trayecto entre Girardot y el peaje de Chusacá osciló entre 2 horas y 17 minutos y hasta 2 horas con 36 minutos, sin contar el ingreso final a Bogotá, que en algunos casos superó la hora adicional.
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Plan Retorno en marcha, pero los trancones no ceden
Para hacer frente al regreso masivo, las autoridades activaron el Plan Retorno, que incluyó 24 unidades de emergencia a lo largo del corredor vial y el apoyo de 100 uniformados de la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional (DITRA).
Entre las medidas más destacadas se encontraba la posibilidad de reversibles en el sector de Boquerón y la habilitación temporal del carril exclusivo de TransMilenio en Soacha para vehículos particulares, según el comportamiento del tráfico.
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También se dispusieron carriles exclusivos para quienes utilizan el pago electrónico en los peajes, con el fin de agilizar el paso en puntos de alto flujo.
Además, Soacha aplicó Pico y Placa Regional para controlar el ingreso de vehículos particulares: placas pares ingresan entre las 12:00 m. y las 4:00 p. m., mientras que las impares lo hacen entre las 4:00 p. m. y las 8:00 p. m.
Pese a todas estas estrategias, el volumen de vehículos —se estimó el paso de más de 82 mil este lunes— hizo que la movilidad fuera lenta y que el viaje de regreso se extendiera más de lo previsto para muchos.
Las autoridades reiteraron el llamado a conducir con precaución, respetar los límites de velocidad y mantener la calma en carretera.
Y aunque el descanso fue necesario, volver a Bogotá terminó siendo toda una prueba de paciencia.