Después de permanecer más de tres meses en poder de disidencias de las Farc, fue liberada Esperanza Muñoz Arteaga, de 66 años, quien había sido secuestrada el pasado 30 de julio de 2025 en el municipio de La Cumbre, Valle del Cauca. Su liberación se produjo en zona rural de Timba, en las montañas del departamento del Cauca.
De acuerdo con la información conocida, la mujer fue entregada por integrantes de un grupo armado que habría exigido el pago de 1.600 millones de pesos por su liberación. Sin embargo, la extorsión no fue pagada, ya que los familiares lograron demostrar que no contaban con los recursos económicos que los captores pretendían obtener.
“Esto se hizo gracias a la labor que en solitario realizó su hijo, Luis Eduardo, quien asumió desde el primer momento la investigación con los autores de este secuestro y quien, además, entregó información a la Fiscalía, que no hizo nada. Después, por el contacto que hicieron los guerrilleros con la familia exigiendo una altísima suma de dinero, su hijo logró convencerlos de que no se trataba de una familia acaudalada”, explicó Elmer Montaña, abogado de la familia.
Durante el tiempo que permaneció secuestrada, el estado de salud de Esperanza Muñoz se deterioró considerablemente. Actualmente recibe atención médica especializada, ya que padece hipertensión y osteoporosis, enfermedades que se agravaron durante su cautiverio. Su abogado, Elmer Montaña, cuestionó la falta de acción de las autoridades y señaló que el caso no recibió la atención necesaria, pese a tratarse de una mujer de la tercera edad.
“Hoy se encuentra en muy malas condiciones de salud, pero feliz de estar con su familia. Es lamentable el abandono institucional al que fue sometida la familia después del secuestro. La Defensoría del Pueblo nunca atendió los llamados para brindarles al menos acompañamiento moral. Tanto así, que le tocó a Luis Eduardo ir personalmente a rescatar a su señora madre en las montañas del Cauca”, manifesto Montaña.
Esperanza Muñoz fue reportada como desaparecida cuando aceptó acompañar a dos hombres que la contactaron para visitar una finca que tenía en arriendo, en el corregimiento de Bitaco, en jurisdicción de La Cumbre. Desde entonces, su familia inicio la búsqueda que se extendió por más de tres meses y medio.