
Santander, sin casos confirmados de fiebre amarilla pese a alerta nacional
El departamento intensifica acciones preventivas ante el riesgo ecoepidemiológico en varios municipios.

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Aunque Colombia se encuentra en alerta nacional por fiebre amarilla, el departamento de Santander no ha registrado casos confirmados de esta enfermedad en lo que va del año. Así lo confirmó el secretario de Salud departamental, Edwin Antonio Prada Ramírez, quien señaló que ninguno de los 87 municipios presenta contagios activos hasta la fecha.
Pese a este panorama, el funcionario advirtió que existen varias zonas clasificadas como de riesgo por sus condiciones ecoepidemiológicas, entre ellas Barrancabermeja, Bucaramanga, Floridablanca, Girón, Piedecuesta, Rionegro y Vélez, entre otros. En total, 24 municipios santandereanos figuran en esta categoría.
Publicidad
“Cabe destacar que un municipio es considerado de alto riesgo si presenta condiciones compatibles con la enfermedad, casos humanos confirmados o presencia de epizootias, así como sus municipios vecinos con características similares”, explicó Prada Ramírez.
La advertencia se da en medio de una situación nacional preocupante, con 59 casos confirmados y 29 fallecimientos entre 2024 y lo corrido de 2025. El departamento del Tolima concentra el brote más grave, con 47 casos y 21 muertes, lo que representa una letalidad del 44,7%. La mayoría de los casos se han reportado en zonas rurales dispersas, lo que indica un foco de origen selvático.
Frente a este contexto, la Secretaría de Salud de Santander hizo un llamado urgente a la comunidad a vacunarse, especialmente a quienes planean viajar a zonas en alerta.
Publicidad
Recomendaciones de las autoridades:
Además, con motivo del inicio de la Semana Santa, se ha instruido a los equipos de salud realizar inspecciones en centros de congregación religiosa, para verificar que no existan criaderos del mosquito transmisor de la fiebre amarilla y el dengue.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral de alta morbilidad, letalidad y potencial epidémico, transmitida por la picadura de mosquitos infectados. Su prevención y control continúan siendo prioridad para las autoridades sanitarias.