“Es hipócrita pedir no intervención y luego intervenir”: exembajador criticó a Petro
Petro sigue generando críticas diplomáticas por su postura sobre Gaza y por llamar a la desobediencia militar en EE. UU.
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La reciente intervención del presidente Gustavo Petro en la Asamblea General de Naciones Unidas continúa dando de qué hablar en la arena diplomática. Sus palabras sobre el conflicto en Gaza y, en particular, el llamado a la desobediencia de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, han desatado críticas por lo que se interpreta como una intromisión directa en asuntos internos de ese país.
El debate no se limita a lo dicho en Nueva York, sino al contraste con la posición que el propio Petro ha defendido en otros escenarios, donde ha exigido con insistencia que Washington no interfiera en los asuntos internos de Venezuela. Esa contradicción fue resaltada por Nicolás Lloreda, exembajador de Colombia en Canadá, en entrevista con Sala de Prensa Blu.
Para Lloreda, la actitud del mandatario colombiano debilita su coherencia en política exterior. “Es absolutamente hipócrita llamar a la no intervención y hacer exactamente lo contrario”, dijo, señalando que este tipo de contradicciones terminan por restarle credibilidad al país en escenarios internacionales.
El diplomático advirtió que, aunque el presidente buscaba enviar un mensaje político a sus bases en Colombia, los costos podrían sentirse en la relación con Estados Unidos, principal socio comercial del país. En sus palabras, Petro aprovechó la crisis de Gaza para capitalizar apoyo interno, pero sin medir los riesgos diplomáticos.
Lloreda comparó la situación con un escenario hipotético en el que un líder extranjero viniera a Colombia a pedir a los militares que desconocieran al gobierno. “Eso es inaceptable para cualquier Estado”, enfatizó.
Además, cuestionó que el jefe de Estado actúe con un libreto partidista en un escenario que, según la Constitución, debería estar reservado para representar la unidad nacional. “El presidente está jalonando al Coloso del Norte sin calcular los efectos negativos para el país”, añadió.
Más allá de la controversia sobre Petro, Lloreda defendió el papel de Naciones Unidas como foro global, aunque reconoció que su efectividad depende del consenso entre las grandes potencias. “Cuando un solo país con derecho a veto bloquea una resolución, el sistema se paraliza”, afirmó.
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El episodio refleja cómo una frase lanzada en un discurso internacional puede tener repercusiones más allá de lo simbólico. Y, en este caso, deja a Colombia en medio de un debate entre la coherencia diplomática y el cálculo político interno.