Científicos revelan el secreto de mujer que vivió 117 años: impresionante hallazgo
Un estudio reveló por qué una mujer llegó a los 117 años sin enfermedades graves. La ciencia encontró un secreto sorprendente en su cuerpo.
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Un reciente estudio internacional ha arrojado luz sobre uno de los mayores enigmas de la biología humana: cómo una persona puede alcanzar los 117 años de edad manteniendo una salud envidiable.
La protagonista es María Branyas Morera, nacida en San Francisco en 1907 y fallecida en Olot, España, en agosto de 2024, quien ostentó hasta el día de su muerte el título de la persona más longeva del mundo.
La investigación, publicada en Cell Reports Medicine y liderada por el doctor Manel Esteller, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, analizó a profundidad el genoma, microbioma y epigenoma de Branyas.
Los resultados sorprendieron incluso a los expertos: la mujer no solo presentaba variantes genéticas que la protegían frente a enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, sino que también mantenía un microbioma intestinal propio de una persona mucho más joven.
Entre los hallazgos más llamativos se encuentra la paradoja de sus telómeros extremadamente cortos —estructuras que protegen los cromosomas y que suelen acortarse con la edad, favoreciendo la aparición de patologías graves—.
Sin embargo, Branyas nunca desarrolló demencia, Alzheimer ni cáncer. “Esto demuestra que la pérdida de telómeros no está necesariamente ligada a la enfermedad, sino al simple paso del tiempo”, explicó Esteller.
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Los análisis revelaron, además, niveles bajos de colesterol LDL y altos de colesterol “bueno”, un metabolismo lipídico eficiente y un sistema inmunitario sólido, incluso a los 113 años, cuando logró superar la COVID-19.
Su dieta mediterránea, rica en verduras, aceite de oliva y yogur —que consumía tres veces al día—, así como la ausencia de tabaco y alcohol, fueron factores determinantes.
El equipo científico también detectó variantes genéticas similares a las de otras especies que alcanzan longevidades extremas. “María tuvo suerte en la lotería genética”, reconoció Esteller, aunque advirtió que no todo se explica por la herencia.
Su microbioma equilibrado, su estilo de vida activo y el entorno mediterráneo de Olot, una región reconocida por favorecer la longevidad, jugaron un papel fundamental.
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La propia Branyas, testigo de la gripe de 1918, la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial y la pandemia de coronavirus, restaba importancia a su longevidad.
“Mi único mérito es estar viva”, decía con humildad, según recuerdan los investigadores.
Aunque se trata de un caso único, los expertos consideran que este estudio ofrece pistas clave para identificar biomarcadores de envejecimiento saludable y desarrollar posibles estrategias antienvejecimiento en el futuro. “La edad extrema y la mala salud no son sinónimos”, concluyó el equipo en su publicación científica.