Un equipo de investigación español del centro IrsiCaixa, impulsado por la Fundación "la Caixa" y el Departamento de Salud del Gobierno de Cataluña, logró un avance científico trascendental al descubrir que un fármaco originalmente diseñado para combatir el cáncer, la Plitidepsina, posee una notable capacidad para actuar contra una amplia gama de virus, incluyendo el SARS-CoV-2 (causante de la COVID-19)
, el MERS, el virus del Zika, el virus respiratorio sincitial, el de la hepatitis C y el del herpes, entre otros.
Este hallazgo, publicado en la prestigiosa revista Nature Communications, no solo destaca el potencial de la Plitidepsina como antiviral, sino que también abre un nuevo camino en la búsqueda de tratamientos más efectivos y versátiles contra diversas enfermedades virales.
La clave del descubrimiento radica en la novedosa estrategia implementada por IrsiCaixa para rastrear las "huellas moleculares" que los medicamentos dejan en las células. Esta técnica ha permitido identificar que la Plitidepsina modula procesos celulares más allá de su mecanismo de acción conocido como antitumoral, desencadenando un patrón único que revela su potencial como fármaco antiviral. Al bloquear su diana terapéutica principal, la Plitidepsina activa rutas alternativas de síntesis de proteínas en las células, permitiéndoles sobrevivir. Sin embargo, muchos virus no pueden aprovechar estas vías alternativas, lo que lleva a la inhibición de su replicación.
Este mecanismo de acción, que afecta directamente a las células en lugar de al virus, representa una ventaja significativa. La mayoría de los antivirales se dirigen al virus en sí, lo cual puede generar resistencia y limitar su efectividad a medida que los virus mutan. Los fármacos que actúan sobre moléculas humanas, como la Plitidepsina, evitan este problema y ofrecen una solución más duradera y eficaz contra una variedad de virus. El estudio propone analizar las "huellas moleculares" de otros fármacos para identificar nuevos usos y aplicaciones, creando así una batería de antivirales seguros y de acción rápida que podrían ser desplegados en futuras pandemias.
En el laboratorio, la Plitidepsina ha demostrado inhibir la replicación de virus como el SARS-CoV-2, MERS
, el virus de la hepatitis C, elZika
, el herpes simple y el virus respiratorio sincitial a concentraciones que no afectan a las células humanas. Sin embargo, no es eficaz contra todos los virus; por ejemplo, el VIH sí puede utilizar las vías alternativas de síntesis de proteínas y, por tanto, el fármaco no logra frenar su replicación.
El potencial antiviral de la Plitidepsina ha motivado un ensayo clínico para tratar la COVID persistente, liderado por la Fundación Lucha contra las Infecciones. Los resultados preliminares de estos ensayos sugieren que el fármaco puede reducir la dependencia de oxígeno en pacientes hospitalizados en un promedio de dos días.
Este avance representa un cambio de paradigma en el desarrollo de antivirales. El enfoque de identificar la huella molecular de los fármacos podría servir para predecir nuevos usos e incluso evitar la resistencia a los medicamentos, como afirma la investigadora principal Nuria Izquierdo-Useros.