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Medimás: los pros y contras de un año en el sistema de salud

La EPS consolida un año de operación con 52 millones de servicios prestados.

291681_Blu Radio /Medimás // Foto: Referencia Blu Radio.
Blu Radio /Medimás // Foto: Referencia Blu Radio.

Cafésalud no funcionó. La intervención forzosa de Saludcoop terminó con la liquidación de la EPS que en otro tiempo fue la más grande y con más pacientes del país. Hoy el exitoso empresario Carlos Palacino, quien otrora fue el más reconocido del sector, está preso en la cárcel La Picota a la espera de que se decida sobre una acusación de la Fiscalía que tiene que ver con cuentas irregulares con los recursos de la Salud. Saludcoop terminó en Cafesalud.

Pero ese experimento con la gerencia de Guillermo Grosso, a quien hoy la Contraloría lo ha llamado a indagación preliminar por el gasto de $80.000 millones en temas administrativos que debían ser invertidos en la prestación del servicio, tampoco surtió efecto. Y en muy poco tiempo Cafésalud tuvo que ser vendida. Pero la venta no fue fácil.

Vea también: CTI visitó oficinas de farmacia de Medimás

Los competidores fueron el grupo Sánitas y Prestasalud, conformado por más de trece empresas que se asociaron para presentar una propuesta robusta.

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Finalmente, ese grupo terminó comprando la EPS y se quedó con cerca de cinco millones de afiliados por más de 1,2 billones de pesos. Esto además de la red de clínicas Esimed, que también fue adquirida por ese grupo empresarial.

La empresa escogió una nueva imagen, un nuevo nombre también, y quería convencer a la sociedad de que desde agosto de 2017 la atención en salud iba a ser de más calidad, de más eficiencia y menos problemas.

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Pero el negocio sembró dudas y las investigaciones avanzaron rápidamente en la Procuraduría. Los trece socios firmaron un acuerdo de compraventa y allí establecieron que solo uno de ellos, el que tuviese experiencia en la atención de más de 2 millones de pacientes durante tres años, tendría el 50% de las acciones.

Ese socio era el Centro Nacional de Oncología y concretamente su representante legal, José Luis Mayorca. Luego de la venta, los socios decidieron modificar la participación y establecieron que todos tendrían igualdad accionaria. Hubo un conflicto con Mayorca y decidieron expulsarlo junto a dos empresas más. El exsocio demandó entonces ante la Superintendencia de Sociedades y la decisión final no se ha producido.

Pero, además, los 1,2 billones de pesos no se pagaron en efectivo. Medimás acordó con el Gobierno un mecanismo de pago a cuotas. Y muchos expertos criticaron que esas cuotas llegarían una vez la EPS ya tuviese utilidades por su servicio generadas a partir de los recursos que el Estado le girase.

Medimás perdió más de 400.000 afiliados en 6 meses. Pero tenía un panorama difícil por todos los servicios que fueron autorizados por Cafesalud, y que debía sacar adelante la EPS que llegaba al mercado. Inclusive había tutelas pendientes de Saludcoop. Su aterrizaje no fue fácil y empezó con un peso nada liviano sobre su espalda cuando apenas iniciaba la atención a los pacientes.

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Según las cifras oficiales de Medimás, hoy tienen en todo el país más de 3.000 sedes, se han prestado 52 millones de servicios en un año con actividad en 20 departamentos y 19 rutas integrales en salud, además de lograr la mayor cantidad de trasplantes.

Con corte a junio de 2018, Medimás asegura haber gestionado el 94% de las tutelas que pacientes tuvieron que interponer para que los jueces reconocieran su derecho fundamental a la salud, y ha capitalizado $481.000 millones de pesos.

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Sin embargo, los problemas no se han solventado del todo. Hace algunos meses la Procuraduría y la Contraloría anunciaron la solicitud conjunta a la Superintendencia de Salud para que se interviniera forzosamente a la EPS por múltiples irregularidades disciplinarias y fiscales.

Medimás estaba presuntamente priorizando los giros a hospitales y clínicas de los socios posiblemente violando la ley de integración vertical, tenía elevados gastos administrativos y fallas con documentos que no estaban claros sobre la atención a los pacientes y las facturas con las que se cobraba los servicios.

La Procuraduría acordó con la Supersalud darle un plazo de 6 meses a Medimás para que corrija los errores. Pero de no hacerlo, podría ser intervenida definitivamente. En este momento se encuentra en un periodo de prueba, pero con la inspección cercana de la Superintendencia que impuso un contralor del Estado para que revisara todos los movimientos.

Por otro lado, se conocieron bonificaciones millonarias que fueron entregadas durante 2017 a una buena parte de altos directivos de la EPS, incluyendo a su presidente, Néstor Arenas, que en diciembre de ese año recibió veintidós millones de pesos por “resultados”.

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La EPS enfrenta hoy un momento clave: un cambio de Gobierno que va a definir cuáles son las respuestas a los problemas del sector.

El presidente Santos dijo que hay que pensar en reformar el sistema porque, aunque la salud fue considerada por la Corte Constitucional y el Congreso como un derecho público fundamental al que nada puede serle negado, el costo de atender a miles de colombianos que no pueden pagar por sí mismos la atención en salud es demasiado alto y hay problemas en la entrega de recursos que denuncian algunas EPS.

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En el Gobierno Duque se conocerá cuál es el futuro inmediato de Medimás. Si logra recuperarse y salir avante, o si una vez más cuatro millones de colombianos tendrán que estar expuestos a una nueva intervención, una nueva venta y una nueva empresa que tenga en sus manos el destino de sus tratamientos.

 

 

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