Mujer de 46 años ignoró marca que creyó común en su cuerpo y resultó ser cáncer etapa 4
Luego de ver una pequeña mancha que creía normal en su cuerpo, la mujer se enfrentó a un diagnóstico devastador que hizo que le extirparan uno de sus pulmones.
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Lo que comenzó como una pequeña marca que parecía inofensiva terminó cambiando por completo la vida de Rebecca Turner, una mujer de 46 años que hoy lucha contra un melanoma metastásico.
La madre, oriunda de Barry, en el sur de Gales, admitió que durante semanas pensó que aquel punto claro en la parte superior derecha del pecho era “solo una mancha” sin importancia. Sin embargo, el bulto —que apenas alcanzaba un centímetro— empezó a oscurecerse, picar y cambiar de color, señales que la llevaron finalmente al médico.
Los especialistas no tardaron en darle la noticia que jamás imaginó escuchar: melanoma nodular, uno de los tipos más agresivos de cáncer de piel. “En el momento en que dijeron la palabra cáncer, pensé que iba a morir”, relató. A partir de entonces inició un proceso que describió como devastador y confuso, como si estuviera observando su vida desde afuera.
Esta es la mancha que le salió:
Desde su diagnóstico inicial en junio de 2022, Turner se sometió a tres cirugías para retirar la piel comprometida y los ganglios linfáticos cercanos. Aunque quedó en observación, los médicos creían que, por el momento, no requería un tratamiento urgente. Cada tres meses regresaba al hospital para exámenes de cuerpo completo que buscaban detectar cualquier cambio.
Pero en julio de este año ocurrió lo impensado: las pruebas revelaron que el cáncer había avanzado a etapa 4 y se había extendido a los pulmones. Los cirujanos incluso tuvieron que extirparle parte de uno de ellos. “Ese fin de semana fue terrible. Lloré casi sin parar tratando de que mi hija adulta no se diera cuenta de cuánto miedo tenía”, recordó.
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Con el paso del tiempo, el tumor no solo no se estabilizó, sino que llegó a triplicar su tamaño. Hoy, Turner enfrenta un melanoma metastásico avanzado y aprovecha su experiencia para alertar sobre los peligros de la exposición a los rayos ultravioleta, tanto del sol como de las camas de bronceado.
En su juventud, admitió, usó estos equipos creyendo que “preparaban la piel” antes de unas vacaciones, una práctica que hoy asegura que debería prohibirse: “Las camas de bronceado deberían ser ilegales. Mucha gente no entiende lo grave que puede ser un melanoma. No es algo que simplemente se extirpa y ya”.
Su historia se ha convertido en un llamado de atención sobre la importancia de acudir al médico ante cualquier cambio en la piel y reforzar la conciencia sobre el cáncer cutáneo, un enemigo silencioso que, como en su caso, puede presentarse disfrazado de una simple mancha.