“La existencia del curso mismo es una especie de milagro muy potente; lo escribió Helen Schucman, una mujer norteamericana que se consideraba atea (…). Ella decía que oía una voz en su interior, pero que le hablaba con una autoridad, con amor y una sabiduría que no era propia de ningún ser humano”, dijo.
Restrepo relata además que Schucman, aun siendo atea, tuvo varias visiones en las que se veía como una sacerdotisa y notaba la figura de Jesús acercándosele y hablándole.
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“Un buen día esa voz interna le dijo este es un curso de milagros por favor toma nota”.
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De esta manera inició, según Restrepo, “la redacción de uno de los textos más impresionantes que se han escrito en el último siglo, es como una revelación espiritual”.
Pese a que el libro no se conoce mucho por ausencia de publicidad, sí se vende con frecuencia y cada vez más gente lo conoce.
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Escuche más detalles de la historia en el audio adjunto.