Adelantarse a armar el árbol de Navidad, el pesebre y los demás adornos de épocas decembrinas puede hacer más felices a las personas, pues recientes estudios aseguran que mostrar anhelo por este tipo de celebraciones ayuda a lidiar mejor con el estrés de la vida cotidiana.
Esto porque a la gente le gusta “asociar cosas que los hacen felices y las decoraciones navideñas con fuertes sentimientos de la infancia”, aseguró el psicoanalista Steve McKeown en diálogo con el portal especializado Unilad.
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Según el experto, estas decoraciones “son simplemente un ancla o un camino a viejas emociones mágicas de la infancia”, teoría que concuerda con un reciente estudio publicado en el Journal of Enviromental Psychology, de acuerdo al cual este tipo de adornos demuestran accesibilidad e incluso ayudan a hacer amigos en el barrio.
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Esto se debe, según la investigación, a que la mayoría de personas asocia la decoración decembrina con vacaciones, lo que en general puede impulsar una actitud más amigable.
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