La confesión que estremeció a un hijo: su padre admitió haberle quitado la vida a su mamá
Hijo descubre un macabro secreto cuando su padre le confiesa haber matado a su madre y le pide ayuda para ocultar el crimen.
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Un hijo quedó paralizado de horror al recibir la confesión más escalofriante que un ser humano puede imaginar: su propio padre le admitió que había matado a su madre.
El relato de los hechos deja al descubierto la violencia extrema que sufría la víctima y el drama que atravesó su familia en los últimos días.
El crimen ocurrió en la provincia argentina de Misiones, donde la policía desplegó un operativo de inteligencia que incluyó patrullajes, drones y controles en los accesos para localizar al sospechoso. Marcelo Da Rosa, de 53 años, fue detenido mientras realizaba compras en un comercio, a bordo de su Toyota Corolla, que quedó secuestrado como evidencia.
Todo comenzó cuando el hijo mayor de la pareja encontró un bulto dentro de una bolsa negra en un depósito de la casa familiar.
Alarmado, llamó a su padre pensando que podía tratarse de su hermano menor. La respuesta que recibió fue devastadora: “Es tu mamá, yo la maté de dos tiros”. Aún más perturbador, Da Rosa le pidió que lo ayudara a trasladar el cuerpo para enterrarlo, propuesta que el joven rechazó debido al estado de shock en que se encontraba.
El acusado huyó luego llevándose dinero y pertenencias, lo que provocó una intensa búsqueda en toda la provincia hasta su captura. Según las hermanas de la víctima, Marisa Cuña, de 47 años, vivía bajo constante violencia psicológica y amenazas de muerte.
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Pese a haber iniciado un proceso de separación tres semanas antes, continuaba conviviendo con su agresor mientras se resolvían los trámites de división de bienes.
Los familiares también relataron que los temores de Marisa se habían intensificado en los días previos al crimen. Incluso denunció un intento de envenenamiento por parte de su exmarido, cuando él le ofreció un mate que le provocó mareos y malestar prolongado. A pesar de estas advertencias, la mujer no logró escapar de la espiral de violencia que la rodeaba.