Le quitó la vida a su mejor amiga, fue a prisión y tras un abuso quedó embarazada
Andrea logró ser trasladada al pabellón de gestantes y, meses después, a la cárcel El Buen Pastor en Bogotá. Allí nació Daniel Felipe, su hijo, quien ahora vive con ella dentro del penal.
Le quitó la vida a su mejor amiga, fue a prisión y tras un abuso quedó embarazada
Andrea Esperanza Valdés lleva 12 años privada de la libertad por el homicidio de su mejor amiga. A los 19 años, en medio de una riña acabó con la vida de una joven menor de edad que había sido parte de su círculo más cercano. Por este crimen fue condenada a 28 años de prisión.
En una entrevista con Más Allá del Silencio, desde la cárcel El Buen Pastor de Bogotá, Valdés relató el drama que ha atravesado desde su reclusión, particularmente en la cárcel El Pedregal, de Medellín.
Según contó, en 2017 denunció a internas y guardianes por actividades ilegales. Según su testimonio, fue aislada injustamente en la Unidad de Tratamiento Especial (UTE), un espacio destinado a reclusas castigadas, a pesar de que ella no lo estaba.
Fue en esas condiciones que, asegura, fue violada por dos dragoneantes del Inpec, quienes ingresaron a su celda sin autorización en dos ocasiones diferentes, a finales de agosto y principios de septiembre de 2024.
“Entraron de madrugada, me accedieron sexualmente y me decían que era por sapa, por denunciar. Que si seguía hablando, me iban a legalizar, es decir, matarme”, contó.
Así permaneció durante semanas y poco tiempo después, se enteró de que estaba embarazada. Noticia que fue confirmada con una prueba casera llevada por un funcionario.
Le quitó la vida a su mejor amiga, fue a prisión y tras un abuso quedó embarazada
Foto: Más Allá del Silencio
Más adelante, Andrea denunció un intento de aborto forzado tras recibir un almuerzo sospechoso. Un examen médico reveló residuos de sustancias abortivas en su organismo: “Querían hacerme perder el bebé sin mi consentimiento”, aseguró.
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Con apoyo de su abogado, Felipe Álzate, Andrea logró ser trasladada al pabellón de gestantes y, meses después, a la cárcel El Buen Pastor en Bogotá. Allí nació Daniel Felipe, su hijo, quien ahora vive con ella dentro del penal.
Mientras tanto, el proceso judicial avanza lentamente. Uno de los dos dragoneantes se ha negado a someterse a la prueba de paternidad, a pesar de que ya fue autorizada por un juez.
“He tratado de ser mejor persona, no me justifica lo que hice, pero he intentado reparar y aprender”, dice la mujer.