No me voy por un problema afectivo o sexual, sino existencial: confesión de Linero
Aseguró que no es un hombre perfecto ni es un santo, que simplemente es una persona que obra con coherencia en su vida.
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El padre Alberto Linero, en diálogo con Voz Populi, se confesó y explicó las razones que lo llevaron a dejar la sotana y, tras un acto de absoluta valentía, retirarse definitivamente del sacerdocio.
Linero expresó que no tiene ningún problema si desde ahora lo empiezan a llamar por su nombre Alberto José y no padre Linero, como le dicen sus amigos, allegados, compañeros, fieles y ciudadanos en la calle.
“Yo me llamo Alberto José Linero Gómez, así he querido que me llamen siempre. Mucha gente me dice padre Linero y aunque he tomado una decisión, difícil y compleja para mí, sigo siendo presbítero hasta el día de mi muerte y seguro en el más allá también”, señaló.
Agregó que está feliz, sereno, tranquilo y tratando de esconderse un poco; de meterse debajo de la cama y reflexionar acerca de su decisión, la que calificó como un acto de amor por sí mismo y una salida a sus propios problemas.
“Es algo de lo que me cuesta hablar porque es mi vida. Yo no he hecho otra cosa. He vivido de esta manera y estoy listo”, manifestó.
“Yo no me voy por problemas con la Iglesia. Me voy por problemas conmigo, por las situaciones conmigo. Hay cosas que, definitivamente, ya no van más en mi vida y ya no hacen razón de ser en mi corazón. Quisiera cambiar y es lo que estoy haciendo”, replicó.
Vea aquí: “Me mamé de la soledad”: padre Alberto Linero confirma que se retira del sacerdocio
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Asimismo, fue claro en decir que su opción de fe no cambiará en lo más mínimo y que desde donde se encuentre siempre será el amigo, el consejero, el apoyo y el guía que toda su vida ha sido, pero ahora ya no detrás de un altar.
“Mi opción fundamental de fe no cambia. Yo sigo siendo un católico feliz y un católico practicante como hasta hoy. Mi opción de servicio sigue siendo, quiero seguir sirviendo (…) Pero, después de pensarlo mucho, he querido vivir de otra manera”, apuntó.
El ahora exsacerdote agradeció todo el apoyo que ha recibido en redes sociales y por parte de los colombianos y precisó que no se va por un problema afectivo o sexual, sino existencial.
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“La gente me pregunta que si voy a tener pareja. Seguramente sí, pero no es ese el tema. Es un nudo existencial que se va soltando y que se va resolviendo (…) Los últimos cuatro años fueron de soledad, los primeros 29 no. Me comencé a sentir muy solo cuando llegué a Bogotá, me aislé un poco y eso me hizo sufrir mucho. No estoy dispuesto a eso. Me estoy preparando con el corazón abierto, con la poca o mucha inteligencia que Dios me ha dado y con la serenidad que él me da para seguir adelante”, confesó Linero.
Finalmente, aseguró que no es un santo ni un hombre perfecto, que, por el contrario, tiene muchos errores y trata de ser coherente y auténtico.