Oscar Andrés Larsson (o Gaviria, como aparece en su registro civil) es un bogotano que desde los dos años y medio fue dado en adopción a una pareja sueca y quien, a sus 33 años, sigue anhelando con conocer a su madre biológica.
Nació en la capital el 12 de septiembre de 1989. Poco más de dos años después fue entregado a Kjell y Annelie, una pareja que viajó desde Mariestad, en Suecia, hasta Bogotá, Colombia, para darle una nueva oportunidad de vida.
Su registro civil no cuenta con los nombres de sus padres biológicos, pero Oscar no pierde la esperanza de poder encontrar a algún familiar que le ayude a comprender y a resolver ese interrogante con el que creció.
“En mi colegio, en general todos los niños eran blancos y rubios. Entonces a los 7-8 años le pregunté a mi madre por qué yo soy moreno y ella es blanca, a lo que me respondió que tenía dos madres: una en Colombia y ella. Desde ese día entendí y mi vida cambió”, contó Oscar Larsson en diálogo con Blu Radio.
A sus 20 años, se fue a vivir a Oslo, capital de Noruega. Allí conoció su cultura por dos años, antes de interesarse completamente en el idioma español (lengua en la que desde niño tarareaba canciones y de la que se le hacían familiares ciertas palabras).
Barcelona se convirtió en su próximo destino. Con 22 años, Oscar se mudó a la capital de Cataluña, en España (país que desde pequeño había visitado y que le había encantado), para iniciar una nueva vida y acercarse un poco más a esas raíces (al menos con el idioma) que desde dentro lo llamaban.
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Para junio de 2018 una luz llegó a su vida. En una playa, festejando la Noche de San Juan, Oscar conoció a Dalma quien, a la fecha, es su prometida. En ese momento, ella no entendía su historia, pues él le contó ser colombo-sueco, pero hablaba poco o nada de español.
Sin embargo, eso no fue motivo para que no se empezaran a conocer y para que ella se convirtiera en un apoyo fundamental en su vida, tanto así, que por casi cinco años que llevan construyendo una relación, Dalma no ha dejado de motivarlo a que intente completar esa pieza faltante en su vida.
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“El deseo de él es buscar y encontrar a su madre, para que el día que nos vayamos a casar ella esté presente o nosotros viajar a Colombia”, relató Dalma.
En Colombia, un crudo recuerdo de sus primeros años prima por sobre cualquier otro que pueda tener. Oscar detalló de lo que, cree él y su prometida, fue el momento de la entrega a sus padres suecos.
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“Es un segundo de recuerdo. Una persona, que no se quién es, pero puede ser mi madre, ¿no?, me tenía en brazos y empezaba a llorar al entregarme a otra persona en un juzgado. Annelie (la madre adoptiva) me contó que cuando me entregaron a ella en el juzgado vio a una mujer llorando con un niño, y yo era ese niño”, narró Oscar a Blu Radio.
Su deseo y esperanza por encontrar a su madre y recibir un abrazo no se ha apagado por todos estos años y no lo hará. Un llamado desde dentro de sí mismo a conocer su historia, de dónde viene y si tendrá más familia es lo que lo motivó a contar su historia.
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Las fotos y el video fueron publicados con autorización expresa de la persona interesada.