Evangelio de hoy: 25 de enero de 2024
Conozca el evangelio y la palabra de Dios de este jueves, 25 de enero.
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Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,21-25):
En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: «¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará con creces hasta lo que tiene.»
Palabra del Señor
Lectura del día
Lectura del segundo libro de Samuel 7,18-19.24-29):
Después que Natán habló a David, el rey fue a presentarse ante el Señor y dijo: «¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia, para que me hayas hecho llegar hasta aquí? ¡Y, por si fuera poco para ti, mi Señor, has hecho a la casa de tu siervo una promesa para el futuro, mientras existan hombres, mi Señor! Has establecido a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios. Ahora, pues, Señor Dios, mantén siempre la promesa que has hecho a tu siervo y su familia, cumple tu palabra. Que tu nombre sea siempre famoso. Que digan: "¡El Señor de los ejércitos es Dios de Israel!" Y que la casa de tu siervo David permanezca en tu presencia. Tú, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, has hecho a tu siervo esta revelación: "Te edificaré una casa"; por eso tu siervo se ha atrevido a dirigirte esta plegaria. Ahora, mi Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo. Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.»
Palabra de Dios
Reflexión
Jesús nos ofrece una enseñanza sobre la importancia de la transparencia y la honestidad en nuestras vidas. Utiliza la imagen del candil, que es encendido para iluminar y no para ser escondido.
Jesús nos invita a reflexionar sobre la luz que llevamos en nuestro interior, representada por el candil. La luz simboliza la verdad, la virtud y la revelación. Es una llamada a vivir nuestras vidas de manera auténtica, mostrando lo que somos y lo que hacemos. Es un recordatorio de que nuestras acciones y decisiones deben ser transparentes, como la luz que ilumina toda oscuridad.
Al preguntar si se trae un candil para esconderlo, Jesús destaca la incoherencia de ocultar la luz. Nos insta a no esconder nuestras virtudes, talentos y la verdad que conocemos. La fe cristiana nos llama a ser testigos de la luz de Cristo en el mundo, compartiendo la verdad y el amor con los demás.
La advertencia de Jesús sobre la medida que usemos con los demás refleja el principio de reciprocidad. Si somos generosos, comprensivos y justos con los demás, experimentaremos la generosidad, comprensión y justicia de Dios en nuestras vidas. Por otro lado, si somos tacaños, críticos o injustos, también recibiremos esas mismas actitudes en nuestra dirección.
Este pasaje nos invita a examinar cómo estamos utilizando la luz que se nos ha dado y cómo tratamos a los demás. ¿Estamos compartiendo la verdad y el amor, o estamos ocultando nuestra luz por miedo o egoísmo? La medida que usemos con los demás será la medida que Dios use con nosotros.
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Que esta reflexión nos inspire a vivir de manera auténtica y generosa, compartiendo la luz de Cristo con aquellos que nos rodean. Que nuestras acciones reflejen la verdad y el amor, y que experimentemos la gracia abundante de Dios al ser fieles portadores de su luz en el mundo. Amén.