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El titán en cultura es Andrés Felipe García Chiquito, un hombre que llevó el arte al batallón cuando fue soldado en el Eje Cafetero.
Junto al Ejército hace del muralismo una actividad de esparcimiento y una excusa para la paz entre quienes se encuentran formándose como militares, pero que trasciende a las poblaciones cercanas al departamento de Caldas.
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Con cerca de 40 escuelas caldenses, entre zonas urbanas y rurales, lleva a los niños la posibilidad de crear murales, y uno de los más exitosos está en el Hospital Infantil de Caldas.
Allí, el mural, de 2.600 metros lineales, se desarrolla con pequeños que estuvieron en tratamiento de cáncer y refleja la protección del medio ambiente y la preservación del planeta.
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Este hombre dice que su propósito es llegar a los soldados del mundo para que sean ellos quienes lideren procesos de arte comunitario y que se acabe la concepción de que el ejercicio militar no significa tener un fusil, sino que la pintura y otros talentos sean la munición de transformación, como él lo hace en “Pintando Sueños”.
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