El ser humano tiende a ver rostros en todo lado, algo que los investigadores denominan “pareidolia facial”, según una conclusión a la que llegaron neurocientíficos de la Universidad de Sidney, en Australia.
Eso explicaría por qué generalmente vemos caras en la Luna, los juguetes, las botellas de plástico, los troncos de los árboles o las aspiradoras e incluso en las imágenes sagradas.
Los rostros de la pareidolia no se descartan como falsas detecciones, sino que se someten al análisis de la expresión facial del mismo modo que los rostros reales; no sólo imaginamos las caras, sino que las analizamos y les damos atributos emocionales
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De acuerdo con el profesor David Alais, autor principal del estudio, que se publicó en la revista Proceedings of the Royal Society B, en cientos de milisegundos el cerebro procesa la información que recibe y se forma esta imagen.
“Sabemos que estos objetos no son realmente rostros, y sin embargo la percepción de una cara persiste. Acabamos teniendo algo extraño: una experiencia paralela de que es a la vez una cara convincente y un objeto. Dos cosas a la vez. La primera impresión de una cara no da paso a la segunda percepción de un objeto”, dijo Alais.
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“Lo demostramos presentando secuencias de rostros y haciendo que los participantes calificaran la expresión de cada uno de ellos en una escala que iba del enfado a la alegría”, añadió.
Angry handbags? Grumpy typewriters? Why do we see faces in everyday objects & give them emotional values?
— Sydney Uni Media (@SydneyUni_Media) July 8, 2021
Listen in at 6.15pm today to @ABCSydney radio with @rgloveroz and hear @USydPsych Professor David Alais talk about his latest researchhttps://t.co/zBd9enR0yL pic.twitter.com/6U8vKVyMUn