
Murindó, un pequeño municipio del Urabá antioqueño, es una de las poblaciones más aisladas de Colombia. No tiene conexión terrestre con el resto del departamento, por lo que solo se puede acceder por vía fluvial a través del imponente río Atrato. Esta condición lo convierte en un territorio único, pero también en uno de los más vulnerables del país.
Un pueblo al que solo se llega en lancha
Para llegar a Murindó desde Medellín, se debe viajar primero hasta Turbo o Quibdó y luego embarcarse en una travesía fluvial de varias horas. La falta de carreteras ha limitado su desarrollo económico y el acceso a servicios básicos como salud y educación, obligando a muchos habitantes a desplazarse a otras regiones en busca de oportunidades.
Un territorio indígena con identidad propia
A pesar de su aislamiento, Murindó es un lugar rico en cultura y tradición. Gran parte de su población pertenece a comunidades indígenas Embera, quienes han logrado preservar su lengua y costumbres en medio de las dificultades. Sus autoridades ancestrales juegan un papel clave en la gobernanza local, manteniendo sus formas de organización y resistencia.
La amenaza del río Atrato
Además del difícil acceso, Murindó enfrenta una constante amenaza: la erosión y desbordamiento del río Atrato. Las fuertes lluvias y el avance del agua han obligado a muchas familias a abandonar sus hogares y trasladarse a zonas más seguras. A pesar de estos desafíos, la comunidad sigue luchando por su territorio, adaptándose a las condiciones extremas y buscando alternativas para mejorar su calidad de vida.
Atractivos turísticos de Murindó
A pesar de su aislamiento, Murindó tiene un gran potencial turístico para quienes buscan experiencias auténticas en la naturaleza. Sus paisajes selváticos y su conexión con la cultura Embera hacen de este destino un lugar especial para aventureros y viajeros interesados en el turismo comunitario.
Uno de los principales atractivos es el río Atrato, que no solo es la principal vía de comunicación del municipio, sino también un escenario ideal para recorridos en lancha en medio de la selva. Sus aguas caudalosas permiten apreciar la biodiversidad del territorio y la vida cotidiana de las comunidades que habitan sus orillas.
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En cuanto a atractivos fluviales de Murindó está también la Ciénaga Tadía, que según el portal 'Antioquia Es Mágica', es un "lugar icónico de Murindó que conecta lo bueno de ambos mundos, exponiendo la fauna y flora más característica de la región".
Igualmente es atractivo turístico en este municipio, de más de 5.200 habitantes, la piedra La Lugarda, un espacio descrito por el ya citado sitio web como un "hermoso lugar (que) hace referencia a la historia de Lugarda, la hija del cacique que se enamoró de un español en la época de la conquista, el cual quería enamorarla para quitarle todas sus riquezas, pero en una creciente del río perdió absolutamente todo"
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Además, Murindó ofrece la oportunidad de conocer de cerca las tradiciones indígenas. Las comunidades Embera reciben a los visitantes con danzas ancestrales, artesanías hechas a mano y relatos sobre su cosmovisión. Esta inmersión cultural es una de las experiencias más enriquecedoras para quienes buscan un turismo con sentido y respeto por las tradiciones locales.