Se trató de una liposucción realizada por el médico Carlos Homero Arango, quien no tenía los permisos para ello, según informó la Secretaría de Salud de Medellín.
Al inspeccionar el consultorio descubrieron que el médico se escondió en el baño con la paciente y hasta llamó obreros para que rompieran un muro por la oficina vecina, para intentar huir, narró Luz Bibiana Gómez, líder de proyectos de la Secretaría.
“Cuando llegamos en una visita de rutina vimos movimientos extraños y era un quirófano clandestino donde el médico se escondió con la paciente. Llamamos a la Policía y a la Seccional de Salud. En esa espera llegaron obreros a hacer un hueco en la oficina cercana porque el médico pensaba huir”, confirmó Gómez.
Lo más grave es que, al corroborar la identidad del médico, descubrieron que éste en Estados Unidos fue condenado a seis meses de prisión y cinco años de libertad condicional por desfigurar otras mujeres en irregulares procedimientos estéticos.
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Esa condena terminó el año pasado cuando, al parecer, llegó a Medellín a realizar cirugías.