“Vivía a menos de dos kilómetros de la estación atómica. Entre ciudad Pripyat y la estación había un pueblito donde yo vivía”, relató.
La mujer, que hoy tiene 24 años de edad, agregó que los primeros días después de la explosión no sintió nada, pero después empezó a sentir dolores de garganta y muchos empezaron a sentir dolores de corazón, hígado y otros órganos.
Además, relató que su esposo hoy está en la cama, necesita pañales y que quedó en condición de discapacidad, producto de este accidente.
“Le cuesta estar sentado y no reconoce a casi nadie”, expresó tras agregar que en 1999 decidió viajar a Argentina por la contaminación que existía en la zona.
Agregó que su esposo trabajaba en la central nuclear, en el momento de la explosión y lamentó que nadie lo hubiera alertado sobre los peligros que implicaba estar allí.
Actualizado: mayo 01, 2016 01:36 AM