No voy a negar que vivir con certeza es fundamental, porque nos genera un contexto de seguridad, y además de eso nos ayuda a superar dificultades y adversidades, pero necesitamos encontrarnos también con la incertidumbre y no tenerle miedo.
No podemos negarnos a la existencia de los feminicidios. Algo no hemos hecho bien por las cifras que vemos diariamente. Negar esta realidad es una manera de permitir que siga pasando.
Reconocer esta tarea tan ardua es necesario. Poder entender que se necesita tenacidad, paciencia y mucha fortaleza para sacarla adelante, nos permite también vivir agradecidos con cada una de nuestras madres.
Para conseguir esto hay que evitar vivir en automático y mantener los ojos siempre abiertos para dejarnos sorprender por las cosas que suceden y que se nos vuelven paisaje.
Se requiere un cambio de paradigma al aproximarnos a la realidad y asumir que necesitamos entenderla desde la complejidad y no desde la simpleza que plantean los extremos.
Creo que este hecho puede ser una oportunidad para generarles un homenaje. Muchos hemos tenido unas experiencias maravillosas y extraordinarias con ellos, que han sido referentes, modelos, amigos y acompañantes en el camino.