¡Cadena perpetua para los violadores! Columna de Óscar Montes

¿Cómo es posible que un violador y asesino en serie como el ex agente de la Policía, Levith Aldemar Rúa Rodríguez, señalado por la Fiscalía de ser el asesino de la joven estudiante del Sena, Gabriela Andrea Romero Cabarcas, de apenas 18 años de edad, estuviera en libertad?

Después de conocer su extenso prontuario, que incluye una pena por acceso carnal violento y múltiples denuncias por ese mismo delito, la pregunta que surge es por qué razón este criminal estaba libre por las calles de nuestras ciudades haciendo de las suyas y cometiendo todo tipo de fechorías.

¿Porqué Rúa Rodríguez no estaba detenido purgando la pena que merece por sus crímenes? ¿Cómo es posible que un delincuente con esos antecedentes gozara de libertad?

Después de purgar una pena irrisoria de siete años de cárcel, el expolicía Rúa Rodríguez salió a las calles a seguir violando y asesinando mujeres indefensas, como la joven Gabriela Andrea Romero, a quien asesinó en Jurisdicción del municipio de Malambo, el pasado 24 de Noviembre.

Aunque su captura envía un parte de tranquilidad en medio del dolor causado por Rúa Rodríguez a decenas de familias, hay que decir que un delincuente de esa calaña no podía estar en libertad. Este criminal no puede estar en un sitio distinto al de una celda, donde debe permanecer hasta el fin de sus días.

Su libertad representa un peligro para la sociedad. Cualquier valoración distinta que haga un juez de la República constituye, sin duda, una grave ofensa a las familias de las víctimas y a toda la sociedad.

Las cifras de acceso carnal violento son alarmantes en Colombia. Y lo peor: siguen creciendo. Una de las razones para que ello ocurra es la generosidad con la que algunos jueces tratan a criminales como Rúa Rodríguez. 

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Un violador constituye un peligro para la sociedad y no puede ser objeto de ningún tipo de beneficios. Ya es hora de que quienes imparten justicia así lo entiendan. Ante la gravedad de los hechos, hay quienes sostienen que debe instaurarse en el país la cadena perpetua para quienes cometan este tipo de delitos. Inclusive, hay quienes promueven la pena de muerte.

El debate está abierto, pues lo único que no puede suceder es que sigan creciendo las cifras de mujeres violadas, la mayoría de ellas menores de edad- y nadie haga nada para impedirlo.