Debido a los constantes enfrentamientos entre hombres del Clan del Golfo, Los Caparrapos y el ELN, 262 familias que vivían en Tarazá, Bajo Cauca antioqueño, se vieron forzadas a huir tras las amenazas y asesinatos a líderes sociales de cinco veredas de ese municipio.
Sin embargo, tras un mes de ser víctimas de desplazamiento forzoso, las autoridades locales confirmaron que las familias regresaron a sus viviendas.
Según la personera de Tarazá, Glemis Núñez, las familias comenzaron el retorno progresivo luego que el presidente Iván Duque reforzó la presencia de la Policía y el Ejército con al menos 750 militares.
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Cabe resaltar que, según la Personería de Medellín, por este tipo de hostigamientos más de 4.000 pobladores del Bajo Cauca han abandonado sus hogares y se han desplazado a la capital antioqueña en lo corrido de 2018.
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