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Sigue el drama de migrantes en Urabá: mujer venezolana cruzará el Tapón del Darién con sus 8 hijos

Por el puerto del municipio de Turbo, zarpan a mar abierto diariamente cerca de  800 migrantes hacia Chocó entrada a la selva para llegar a Panamá.

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Migrantes en Urabá.
Foto: Blu Radio

Se agrava el drama humanitario para miles de migrantes que llegan al puerto de Turbo, en el Urabá antioqueño, con la ilusión de pasar la espesa selva del Tapón del Darién para llegar a Estados Unidos.

Son entre 600 y 800 personas que salen a diario de ahí con destino al Chocó. Mientras aguardan por la travesía en la que huyen del hambre y las oportunidades, las calles aledañas al muelle se llenan de cambuches.

Porque son decenas de personas y familias, donde la mayoría partió de Venezuela, muchos no se conocen, pero todos hacen la misma fila por cumplir un sueño y tener una mejor calidad de vida.

Uno deja su familia, su gente, todo, los amigos de muchos años, es fuerte es fuerte salir de su país a luchar en otro”, explicó Carmen Márquez, ciudadana venezolana.

En cada paso que se da sobre el muelle de Turbo, encontramos una historia, como la de Kelly Carolina, que pese a los obstáculos, a las largas travesías, a la inclemencia del clima y el hambre, espera cruzar la agreste selva del darién junto a sus 8 hijos .

“Yo no lo hago por mi, lo hago por mis hijos porque ellos son los que tienen el futuro por delante y voy por un futuro mejor para ellos. Me da un poco de miedo, pero me encomendé bien en Dios y tengo fe en Dios que nos va salir bien todo y vamos a llegar todos en victoria”, reveló.

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Un camino de piedras, como ella lo llama, que inició días atrás: “Hace 15 días exactamente salimos de allá y llegamos acá anoche para poder comprar el tiquete para irnos hoy porque ha sido una población muy grande la que se está yendo entonces toca uno comprar un día antes el tiquete”.

Después de varias horas a la intemperie las personas llegan hasta este lugar, hacen la fila para posteriormente embarcarse en esas lanchas que los lleva precisamente a ese sueño americano.

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“Bastante nervios porque vamos a la selva no, con la familia pero con las ganas de llegar a EEUU. Me acompaña mi esposa y mis hijos, ella mi esposa”, dijo Edilberto Reyes migrante.

Son sueños, historias, realidades que retumban entre el clamor de ayudas humanitarias, atención médica y empatía de un pueblo por aquellos que lo dejaron todo sin importar nacionalidades, por este puerto zarpan a mar abierto diariamente cerca de 800 migrantes.

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Escuche el podcast Emprender, fallar y triunfar:

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