Bojayá sigue en medio del fuego cruzado 17 años después de la masacre
Las víctimas piden que la guerra no regrese aunque hoy, más que nunca, creen que no se ha ido.
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Otra vez las alabaoras de Bojayá se vistieron de blanco y les cantaron a sus muertos. Las víctimas del cilindro bomba que acabó con la iglesia de Bellavista en Bojayá volvieron a recorrer las calles del pueblo, con un Cristo mutilado en las manos.
Solo tienen un pedido: que la guerra no regrese, aunque hoy más que nunca, creen que esta no se ha ido.
“Diecisiete años después, Bojayá está en una crisis humanitaria muy fuerte. Aquí está la gente a punto de desplazarse otra vez por los enfrentamientos entre paramilitares y guerrilleros. Estamos otra vez confinados y con una alerta temprana de la Defensoría del Pueblo”, dijo Delis Palacio, una de las víctimas de Bojayá.
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Quienes vivieron aquel 2 de mayo de 2002 siguen esperando una reparación de las Farc por sus 114 heridos y 117 muertos.
“Todavía muchas personas y aun familias enteras no logran superar esa experiencia triste y yo diría que macabra. Diecisiete años después el mensaje tiene que ser de esperanza, que no vuelvan a sufrir la violencia”, afirmó el sacerdote Rogelio Salazar, de la diócesis de Quibdó, quien también se unió a la conmemoración de 17 años de la masacre.
La conmemoración de estos 17 años de la masacrese cumplió con una marcha por las calles de la población y con una eucaristía en el templo que reemplazó al que quedó destruido tras el ataque.
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