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En Riohacha, los menores venezolanos sufren el peor impacto de la crisis por la que actualmente atraviesa su país. Cientos de estos duermen en los parques, recorren las calles junto a sus padres para pedir comida, otros trabajan limpiando vidrios en los semáforos y otros sencillamente mueren de hambre ante los ojos de las instituciones colombianas, tal como lo denuncia algunos ciudadanos de Venezuela.
“Desnutridos, con yagas, con sarna, sucios, sin ropa, mal bañados, sin papá y sin mamá, por ahí caminando descalzos; unos limpian vidrios, otros tienen que pedir, cada quien busca la manera de sobrevivir porque la cosa es fuerte aquí y los pequeños también lo hacen”, dijo a BLU Radio Reisor Diaz Silva, el padre venezolano de una niña de un año con la que vive en un parque de la capital guajira.
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Aunque la Policía de Infancia y Adolescencia y el Icbf Seccional Guajira hacen campañas para ayudar a estos niños, estas no se hacen con frecuencia según la denuncia de los padres venezolanos.
“De pronto ofrecen ayudas, pero como yo no me los traje con los papeles (…) pero esto entristece porque están en las calles, rebuscándose, limpiando vidrios, pidiendo; es triste verlos así”, dijo Esther Luzardo Muñoz, una ciudadana venezolana que camina las calles de Riohacha junto a sus tres hijos, todos menores de cinco años.
Por su parte, varios ciudadanos de Riohacha le han hecho un llamado a las autoridades competentes para que a los niños nacionales o extranjeros no se les vulneren los derechos.