Solidaridad con Mocoa: editorial de Óscar Montes abril 6
Editorial del panelista Óscar Montes en Vive Barranquilla.
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La tragedia ocurrida en Mocoa, Putumayo, debido a la avalancha del río Mulatos sobre la ciudad, ha despertado una enorme solidaridad nacional, departamental y local. El creciente número de víctimas, que podría ser superior a las 300, así como los miles de damnificados que lo perdieron todo y que se encuentran a la intemperie, ha conmovido a los colombianos.
Todos los días llegan a los centros de acopio toneladas de alimentos, productos de aseo personal, frazadas y todo tipo de productos que contribuyan a paliar la difícil situación que atraviesan.
Una vez más los colombianos han demostrado su generosidad y buen corazón, como ocurrió en el pasado con la tragedia de Armero, el terremoto del Eje Cafetero y como ocurrió también con la ola invernal que dejó millones de damnificados en el Sur del departamento del Atlántico.
A la hora de asistir a nuestros compatriotas, los colombianos dejamos de lado las diferencias políticas, sociales, religiosas y económicas. Y está bien que así sea. Ya tendremos tiempo de ocuparnos de dirimir nuestros conflictos de manera respetuosa, como corresponde a un sistema democrático, con libertad de credos y de cultos. Ahora lo más importante y urgente es ser solidarios con nuestros hermanos de Mocoa.
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El presidente de la República, Juan Manuel Santos, la Primera Dama, Clemencia Rodríguez de Santos, así como sus hijos, han estado al frente de la asistencia social de los habitantes de Mocoa y su presencia ha contribuido a agilizar mucho más las ayudas. El Presidente nombró como gerente del proyecto para la "reconstrucción" de Mocoa al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
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En Barranquilla distintas entidades y organismos -como Alcaldía y Gobernación, así como la Cruz Roja y la Defensa Civil, entre otras- han abierto distintos canales para recibir y luego trasladar las distintas ayudas que los barranquilleros quieren hacer llegar a los damnificados de Mocoa. También han sido abiertas cuentas bancarias para quienes deseen colaborar con recursos económicos. Ninguna de ellas recibe dineros en las calles. Eso también es bueno saberlo. Es triste reconocerlo, pero este tipo de desgracias también despierta la codicia de avivatos y desalmados.
Llegó la hora de ser generosos y solidarios con Mocoa. Que nadie se quede sin ayudar a los damnificados de la capital del Putumayo. Hoy lo hacemos por ello y seguramente ellos mañana lo harán por nosotros.