Unas 250 personas desplazadas dejan enfrentamientos entre disidencias de las Farc y ELN en Samaniego

Al menos 250 personas, entre ellas decenas de niños, huyeron de sus casas en la vereda el Decio, zona rural de Samaniego, en el suroccidente de Nariño, debido a los fuertes enfrentamientos entre disidentes de las Farc y la guerrilla del ELN, que ya cumplen 24 horas.

“Estuvimos atrapados en medio del fuego cruzado más de siete horas, hay casas impactadas con balas, y otras más semidestruidas por las detonaciones de los explosivos lanzados de uno a otro grupo armado ilegal”, dijo a Blu Radio uno de los campesinos que logró huir de la zona, quien llegó junto con su familia hasta el parque de Samaniego.

Los desplazados aseguran que el cruce de fuego comenzó a las diez de la mañana del miércoles 2 de agosto y se prolongó hasta pasada la medianoche del 3 de agosto. Dicen, además, que no pudieron sacar nada y abandonaron sus casas, enseres, cultivos y animales para poner a salvo sus vidas

Entre los habitantes que lograron salvarse de las balas perdidas se encuentran decenas de menores de edad, mujeres y personas de la tercera edad que viven en las veredas El Llano, Vergel, San Antonio y El Decio, donde según el testimonio de las mismas comunidades, las vías fueron minadas con explosivos para evitar la llegada de la fuerza publica, que ya hizo presencia en el casco urbano de Samaniego.

El desplazamiento forzado ocurrió a unas dos horas del casco urbano del municipio de Samaniego en el suroccidente del departamento, una zona históricamente golpeada por el conflicto en Nariño.

Loas labriegos aseguran que el Gobierno estaba advertido de que esto iba a suceder una vez entrara en vigor el cese bilateral al fuego con el ELN y, agregan, este no hizo nada para evitar la confrontación armada, que se da por la disputa del dominio territorial de un sector estratégico para los grupos armados ilegales.

Los campesinos desplazados actualmente duermen en albergues improvisados y otros prefieren estar en el parque principal de ese municipio nariñense, desde donde han señalado ante algunas entidades defensoras de derechos humanos y ONG la -dicen ellos- total ausencia del Estado, asegurando que este los abandonó a su propia suerte y que esto ha empujado a regresar a la que parece una interminable guerra en esa región de Nariño.

"La zona en conflicto es escenario de disputas entre miembros del ELN, las disidencias de Farc y grupos de narcotraficantes por el control de ese territorio", aseguró un vocero de la comunidad, tras advertir que estuvieron atrapados más de doce horas en medio del fuego cruzado.

"Las vías veredales que permiten el acceso de vehículos hacia la población del Decio, fueron minadas con varias canecas cargadas con explosivos, no entra ni sale nadie desde hace dos días", dijo una ama de casa, quien aseguró que teme por la vida de los campesinos e indígenas que no han logrado salir de la población por temor a caer en medio del fuego cruzado.

"Llegamos a recuperar el territorio cueste lo que cueste", fueron las únicas palabras que disidentes de las Farc le manifestaron a la comunidad y advirtieron que no van a dejar la zona hasta que el ELN se vaya del sector.

Mientras tanto, en las veredas El Vergel, San Antonio y El Llano, sus comunidades se encuentran en confinamiento e hicieron un llamado al Gobierno nacional para que agilice la instalación de la mesa de diálogos con las disidencias de las Farc del estado mayor central y evitar que ocurra una masacre en la zona.

Se espera que este viernes llegue hasta esta población de Nariño una delegación de la oficina del alto comisionado para la paz, para escuchar a las comunidades y adoptar medidas que puedan prevenir nuevos incidentes en la región.

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