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La violencia sigue recrudeciendo la situación de cientos de personas en el Catatumbo. El caso más reciente se da en Hacarí, donde varias familias se han desplazado al casco urbano ante constantes combates en el sector rural.
El temor y la zozobra se han apoderado de unas 40 personas que integran 10 núcleos familiares y que habitan en las veredas Montetarra e Islitas.
Los constantes combates que se presentan entre grupos insurgentes y el Ejército Nacional que está acantonado en dos bases militares ubicadas en ese sector rural, se ha convertido en su peor pesadilla.
En menos de 8 días se han registrado dos confrontaciones con ráfagas de fusil y explosivos dejando a las familias en medio del fuego cruzado y con el miedo de ser alcanzadas por unas de las balas.
Las denuncias que los habitantes han dado a conocer a las autoridades competentes muestran que los disparos han impactado en los techos y ventanas.
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Además, que cilindros bomba han caído muy cerca de los inmuebles.
Robeiro Muñoz, personero de Hacarí, rechazo estos hechos y pidió a los grupos insurgentes apartar a la población civil de las confrontaciones armadas.
"Creemos que desde el corregimiento de Mesitas se pueden desplazar otras familias pues también están afectadas por esta situación y no quieren que sus seres queridos pierdan la vida por culpa de una bala perdida”, dijo.
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En esa zona del departamento Norte de Santander operan grupos del ELN y las disidencias del frente 33 de las Farc.
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