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“No es cuestión de percepción, señores alcaldes”: este es el llamado de atención que hacen los ciudadanos a Juan Carlos Cárdenas, alcalde de Bucaramanga; Miguel Ángel Moreno, alcalde de Floridablanca, Mario José Carvajal, alcalde de Piedecuesta; y Carlos Roman, Alcalde de Girón, por la ola de inseguridad que azota al área metropolitana.
BLU Radio hizo una recopilación de las víctimas fatales que dejó esta ola de inseguridad durante enero y febrero en el área metropolitana de Bucaramanga:
Nickol Valentina Rodríguez Aparicio, 24 de febrero
Nickol tan solo tenía 15 años. Sus padres le habían regalado un celular de cumpleaños y que usaba para hacer las tareas del colegio, hablar con sus amigas y entretenerse en las redes sociales. El pasado jueves salía del Colegio La Normal Superior de Bucaramanga, ubicado sobre la carrera 27 con avenida Quebradaseca, y ya eran las 4:00 de la tarde cuando el ladrón, un venezolano identificado como Pedro José Trujillo, la abordó para robarle el teléfono móvil. Nickol recibió tres puñaladas mortales que acabaron con su vida.
El asesino aceptó cargos este domingo y fue enviado a la cárcel mientras avanza el proceso judicial en su contra. La muerte de Nickol Valentina sigue despertando el rechazo y la indignación de los ciudadanos y culpan a la Alcaldía de Bucaramanga por no atender los llamados urgentes de la comunidad educativa, que desde enero pedía seguridad en el túnel del Mesón de los Búcaros.
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Fernando Monsalve Romero, 24 de enero
Don Fernando, como le decían sus amigos, tenía 54 años. Era comerciante, conducía su camión cargado con café, pimentón y verduras por la vía Girón - Zapatoca. Iba junto a su esposa en el camión cuando en la vereda Chocoa fue asesinado por un grupo de cuatro ladrones quienes se desplazaban en un carro blanco, robado en días pasados en el barrio Lagos de Floridablanca.
En una alcantarilla los ladrones amarraron y golpearon a Fernando, dejándolo gravemente herido. Los golpes fueron contundentes y murió. Allí, horas después, su cuerpo fue encontrado por la Policía.
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Testigos alcanzaron a llamar a la Policía, que en una persecución capturaron a los ladrones que se movilizaban en el carro y recuperaron el camión hurtado.
Édgar Manzano Blanco, 13 de enero
Édgar tenía 41 años. Los ladrones lo mataron por defender a su esposa y una amiga. Sucedió en el mirador del barrio Morrorico. Salieron a dar un paseo, pero en un trancón decidieron sentarse en el mirador a esperar. Hasta allí llegaron dos ladrones en moto, quienes los abordaron con armas de fuego. Édgar se opuso al robo e intentó quitarle la pistola al delincuente, sin embargo, este disparó.
Fueron dos disparos que acabaron con la vida de Édgar Manzano. “Mi hermano tenía 41 años, padre de cuatro hijos, tres mayores de edad y un niño pequeño. Era de hogar muy juicioso no de peleas ni de estar en la calle. Esta partida nos duele porque nadie merece morir así”, contó un familiar.
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Lino Coronel Rueda, 31 de diciembre
Lino tenía 58 años, recibió dos puñaladas. Trabajaba en la zona del Parque Industrial en Chimitá, hasta donde llegaron dos ladrones e irrumpieron la improvisada oficina donde impartía instrucciones a quien sería su reemplazo por unos días porque salía de viaje. Los ladrones entraron sin sospechas, acorralaron al ingeniero y la mujer para que entregaran sus pertenencias. No se opusieron al robo, el ladrón antes de marcharse lo apuñaló.
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