El peruano Luis Advincula y Alan Varela le dieron a Boca Juniors un triunfo de remontada este martes ante el colombianoDeportivo Pereira , en la segunda jornada del grupo F de la Copa Libertadores, triunfo que, sin embargo, no despeja las dudas en torno al juego desplegado por el conjunto Xeneize.
La Bombonera vibró con los momentos finales -el árbitro uruguayo Andrés Matonte adicionó 13 minutos- de un equipo que jugó con más corazón que cabeza, embargado por los fantasmas de sus últimos resultados y con la necesidad de ganar a toda costa.
Su rival de este martes, Deportivo Pereira, salió al césped con las ideas mucho más claras, presionando la salida de balón del equipo local y preservando el orden defensivo en campo propio.
El plan orquestado por Alejandro Restrepo fue un éxito durante los primeros 45 minutos: el Xeneize no concretó ni una sola ocasión clara de gol en el primer tiempo, limitando sus aproximaciones a los chispazos de Sebastián Villa y de Valentín Barco, una de las figuras de Boca a sus 17 años.
De hecho, Deportivo Pereira protagonizó las jugadas más peligrosas e incluso llegó a cantar un gol: en el minuto 42, Juan Quintero se elevó por encima de los defensores de Boca y conectó un buen disparo de cabeza que, sin embargo, no subió al marcador por una falta previa.
Ese susto le insufló ánimos renovados al equipo porteño, que concretó varios disparos nada más empezar el segundo tiempo, apoyándose siempre en la dupla conformada por Villa y Barco en la banda izquierda.
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Durante la segunda mitad, el Xeneize simplificó su accionar ofensivo y trató de explotar los escasos desajustes defensivos de Deportivo Pereira, como sucedió en el minuto 68, con una doble ocasión de Varela y Benedetto que estuvo cerca de convertirse en gol.
Pero el conjunto colombiano mantuvo la serenidad, creyó en sus posibilidades y se topó nuevamente con el gol, esta vez sí, de forma definitiva: un error defensivo de Boca derivó en una gran cabalgada de Angelo Rodríguez, quien cedió la pelota para el potente disparo cruzado de Jimer Fory.
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El pánico pareció adueñarse del combinado porteño, incapaz de conectar pases coherentes y de orquestar ocasiones de gol... Hasta que apareció Luis Advíncula, quien clavó en la escuadra un poderoso remate desde fuera del área.
A partir de ese momento, el acoso y derribo de Boca fue total: los xeneizes comenzaron a colgar balones desde los costados y uno de ellos encontró a Varela en el primer palo, que puso en el minuto 90+9 el definitivo 2-1 con un remate de cabeza.
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