Los arroceros colombianos protagonizan este martes, 27 de junio, una marcha y una serie de protestas en respuesta a la posible eliminación del subsidio al almacenamiento, lo que ha generado preocupación dentro del gremio. El objetivo principal de este incentivo es regular el excedente de arroz y evitar la caída de los precios en el mercado, protegiendo así a los productores .
El gerente de la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz), Rafael Hernández, explicó en Mañanas Blu las motivaciones detrás de las movilizaciones y protestas. Los arroceros han estado solicitando la continuidad del incentivo al almacenamiento, que permite guardar los excedentes de la cosecha realizada entre los meses de julio, agosto y septiembre.
El subsidio al almacenamiento implica el pago mensual a las industrias o agricultores que almacenan el arroz excedente, evitando así la sobreoferta y la disminución de los precios que afectarían a los productores. El valor de este subsidio varía entre 30.000 y 50.000 millones de pesos, dependiendo del volumen de la cosecha.
Y es que el Gobierno encabezado por el presidente Petro anunció su intención de desmontar este subsidio argumentando que no ha dado los resultados esperados. Sin embargo, los arroceros sostienen que esta medida es necesaria para mantener la estabilidad del mercado y hacer frente a posibles fenómenos climáticos, como una sequía causada por el fenómeno del Niño.
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“Vale entre 30.000 y 50.000 millones de pesos, dependiendo del volumen de la cosecha que salga. (…) Ellos [el Gobierno] dicen que no ha dado los resultados que se esperaban, y resulta que los resultados que se esperan es precisamente sacar del mercado el excedente y guardarlo para el primer semestre del año siguiente, que generalmente es deficitario el arroz. Y uno de los motivos que le hemos planteado al Gobierno es que, ahora más que nunca, se necesita guardar arroz cuando estamos a puertas de un fenómeno de El Niño, que puede presentar una sequía el siguiente semestre”, dijo Hernández.
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Según el gerente de la federación, la eliminación del incentivo al almacenamiento podría afectar significativamente a los productores. Actualmente, el precio del arroz se encuentra por debajo de los costos de producción, lo que pone en riesgo la sostenibilidad económica de los agricultores.
“El precio que se está pagando el arroz en este momento ya está por debajo de los costos de producción de los agricultores. Entonces, pues, somos conscientes de esto, pero tampoco por bajar el precio al consumidor no se puede quebrar al productor. Es que esta cosecha se sembró con precios de los insumos del 2022 porque los agricultores compran entre enero y febrero los insumos necesarios para la cosecha que siembran en ese momento. Ahora han bajado los insumos, pero la cosecha se sembró con insumos de precios del 2022”, explicó.
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La marcha de los arroceros busca llamar la atención del Gobierno y abrir un espacio de diálogo para encontrar soluciones que beneficien a todos los actores involucrados. Además, de acuerdo con Hernández, el gremio no pretende promover un paro o movimientos radicales, sino que desea ser escuchado y encontrar una respuesta satisfactoria a sus demandas.
“La federación no promueve paros ni ese tipo de movimientos. Este es un movimiento de los propios agricultores que se sienten en este momento desprotegidos y en peligro de quebrarse. Nosotros siempre hemos sido amigos del diálogo, siempre hemos hablado con el Gobierno, siempre nos hemos puesto de acuerdo con el Gobierno y con la industria. Pero este año cambiaron todas las reglas y un incentivo como este no se puede desmontar de un solo golpe”, añadió.
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