Seis décadas de Supremo: una mirada al futuro del arroz colombiano
Se cumplen 60 años de historia en la industria arrocera colombiana, un camino que hoy mira hacia la sostenibilidad, la innovación y el futuro del campo nacional.
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Con seis décadas de trayectoria, Arroz Supremo celebra un aniversario que invita no solo a mirar hacia atrás, sino también a reflexionar sobre el futuro del arroz colombiano y los desafíos de una agricultura más sostenible.
La compañía conmemoró este hito el pasado 5 de noviembre en un evento realizado en Salvio 93, en Bogotá, donde presentó nuevas propuestas orientadas a la innovación y el cuidado ambiental.
La celebración incluyó un recorrido interactivo por la historia de la marca y seis estaciones que combinaron memoria, tecnología y gastronomía. Entre ellas, se destacó una línea de tiempo digital, un recorrido virtual por la planta de Casanare —una de las más tecnificadas de Latinoamérica— y una experiencia culinaria que mostró las distintas maneras en que el arroz puede seguir siendo protagonista en la mesa colombiana.
Durante el encuentro, se presentaron dos nuevos productos: Supremo Terraviva EcoGourmet y Supremo Selección Especial, ambos resultado de un proceso de investigación centrado en la sostenibilidad y la calidad. Terraviva surge como el primer arroz ecoamigable del país, proveniente de cultivos con certificación en Buenas Prácticas Agrícolas, que buscan proteger ecosistemas y comunidades rurales. Por su parte, Selección Especial apunta a fortalecer el consumo nacional con un arroz cuidadosamente seleccionado, de mayor tamaño y rendimiento.
Más allá de los lanzamientos, el mensaje central del aniversario estuvo en la reflexión sobre el rol de la industria arrocera frente al cambio climático y la necesidad de transformar los modelos de producción. “El futuro del arroz no se mide solo en toneladas, sino en el impacto positivo que generamos en las familias que lo cultivan y en el ambiente”, señaló Daniel Ruiz, gestor de estrategias de la compañía.
Arroz Supremo, que busca convertirse en una empresa carbono negativa, ha iniciado una renovación de su lenguaje de marca con el propósito de conectar con nuevas generaciones y promover prácticas agrícolas más responsables. Su reciente campaña, “Ojos arrozudos, corazón contento”, hace énfasis en la relación entre bienestar, alimentación y sostenibilidad.
Con esta mirada hacia adelante, la marca plantea que el arroz colombiano tiene la oportunidad de consolidarse no solo por su calidad, sino también por su compromiso con la tierra y con quienes la trabajan. Seis décadas después, la historia de Supremo se entrelaza con la del país: una historia de esfuerzo, adaptación y esperanza en un futuro agrícola más consciente y sostenible.